A veces pienso que todo lo que me sucede, pasa por alguna razón, pero yo no creí nada de eso hasta que ese día llego. Creía que me estaba volviendo loco, pero al verlo con mis propios ojos, caí en cuenta que la ciudad tenía más secretos que esconder...
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Estábamos corriendo por los pasillos del edificio, buscando a los causantes. Después de haber tenido una larga o corta conversación con Roja, como suelo decirlo, ya que no me ha dicho su nombre, así como yo tampoco se lo dije.
Avanzamos por la oscuridad hasta llegar al salón principal, donde todavía los criminales seguían tomando a más rehenes, Roja sólo me miró y asintió con la cabeza.
Ambos salimos de la oscuridad y comenzamos a lanzar flechas hacia ellos, dándoles en las partes del cuerpo donde no fuera peligroso. La mayoría estaba cayendo y los rehenes se apartaban de inmediato.
Roja avanzó más y se acercó a ellos para terminar, pero antes de que hiciera eso, uno de ello salió detrás suya con un puñal en mano, reaccione a tiempo y envíe una flecha a su mano, soltó el puñal para tomar su mano y gritar de dolor.
Roja al oír esto se giró y miró al criminal que la iba apuñalar, luego me miró y asintió. Siguió con lo suyo, entonces también me metí y comencé a dejarlos fuera de combate.
Pronto un pitido en mi oído me distrajo y lleve mi mano para tocar el dispositivo, donde automáticamente se activo y comencé a escuchar la voz alterada de John al otro lado.
—¡Gray! ¡Tenemos un problema!
—Dime —hable, mientras esquivaba a los criminales y lanzaba más flechas.
—No tengo comunicación con el equipo de R, no contesta ninguno de ellos y temo que...
—Temes que les haya pasado algo malo, ¿no?
—Si, precisamente eso. Ahora mismo estamos corriendo hacia donde tú te encuentras para poder salir de aquí y ayudarles.
—Maldición, sucede esto en un momento así... Bien creo que tengo una idea de lo que vamos hacer, pero tal vez no te agrade mucho.
—Sorpréndeme.
—Bien lo que estoy apuntó de sugerir, puede que sea algo loco, pero es nuestra mejor opción.
—Gray...
—Bien, podría enviar a...
—¡Cuidado! —me gritó de lejos Roja, al mirar al frente, un criminal venía a mi dirección con un puñal en mano. Joder... Terminé de pelear con el criminal que tenía a mi lado, y este cayó al suelo. Me dispuse a golpear al criminal, pero algo totalmente fuera de mis movimientos sucedió.
Dos cosas fueron lo que pase a continuación, una flecha salió a una velocidad impresionante y dio justo en la cabeza del hombre, luego un disparo sonó por el lugar y dio en su pecho, al final el hombre cayó encima mío, ambos cayendo al suelo y pude escuchar perfectamente como me llamaban dos personas distintas.
Mi padre y John entraron a la habitación con algunos oficiales detrás y al verme caer al suelo, los tres gritaron.