Los Patrulleros Nocturnos: El Inicio de Gray Archer [Libro 1]

38: Jack se hizo polvo

Todo el cuerpo me dolía, todo daba vueltas y el dolor no lo hacía más fácil, traté un millón de veces abrir mis ojos, pero me era imposible. Sentía que estaba acostado en una camilla y que tenía agujas clavadas en mi piel, además de escuchar aquel pitido costante que leía tus pulsaciones.

No recordaba nada, ¿qué había sucedido? Si mal no recuerdo estaba junto a Mary y Jack en la sala de control, revisando que todo estuviera bien, hasta que una onda de energía chocó contra nosotros y quedé inconsciente, de ahí... Ya no se  nada más o claro, excepto que no aprobé la prueba, más bien la falle. Respiré profundamente, tratando de calmarme, tenía  que recordar que me había pasado o más bien, ¿qué nos había pasado?

—¿Cómo puede ser eso posible? —escuché gritar a Luz, al parecer estaba enojada.

—Aún no lo sé —Reyes le respondió—, pero viendo el diagnóstico, los tres están en un especie de coma, pueden sentir y escuchar todo a su alrededor, pero no pueden moverse o abrir los ojos. Sin saber precisamente que les pasó, no puedo ayudarlos.

—¡Pues has algo útil, salvalos!

—No soy un doctor, apenas tengo conocimiento de la enfermería, pero Jonathan nos podría ayudar, pero también sabiendo que es un novato, no tenemos muchas esperanzas.

—¡Todo es tú culpa! —la acusó Luz, llena de rabia—. Tú y tu tonta prueba. Gracias a ella, Daniel está en donde está.

—¿Diculpa qué? —ese fue Connor que sonaba un poco alterado—, para tú información no sólo Daniel está en coma, tus amigos también están ahí.

—¡Lo sé! ¡Estoy... Estoy preocupada por todos ellos!

—¿Ah si? —intervino está vez Dereck, jamás lo había hecho—, te recuerdo que desde que Mary llegó, has estado todo el tiempo celosa y de mala cara, igual que con Lea. ¿Acaso es por Daniel?

—¿Qué? —preguntó ella sorprendida—, ¿de qué cosas estás hablando Dereck?

—De la verdad, que más —le respondió simplemente.

—¿Quieres la verdad? —preguntó ella provocándole. ¿Qué estaba pasando?—. ¿Entonces por qué nunca te despegas de Mary, ah? Siempre preguntando por ella todo el tiempo y al final, al saber la respuesta, siempre te vas sin decirle nada. ¿Qué sucedió entre ambos? ¿Acaso la heriste de tal manera que ella ya no quiera verte?

—¡Ah por favor, para Luz! ¿Por qué hablas cosas de las que no  sabes? Eso es entre ella y yo, siempre ha sido así. Además yo sí me preocupo por todos, no sólo por una persona, cómo tú, Luz.

—Si, eso dices tú.

—Está conversación ha acabado, ya no tengo nada que decir.

—¡Cobarde! —le gritó Luz. Dioses, que voy hacer con ellos. Y ambos siguieron peleando y diciéndose un montón de insultos.