19: Verdades Oscuras

15 2 3
                                    

Sentía como poco a poco las llamas quemaban mi piel, estaba tan débil que no podía ni abrir los ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentía como poco a poco las llamas quemaban mi piel, estaba tan débil que no podía ni abrir los ojos. Pronto algo duro cayó sobre mi, me sacudían para que despertara, pero simplemente no podía.

A lo lejos escuchaba una voz, que me gritaba. Gritaba mi nombre, a la vez que me sacudían. Estaba seguro que alguno de los dos había recuperado la consciencia y me estaba tratando de ayudar para no convertirme en cenizas.

Entonces después de minutos, pude escuchar perfectamente como me llamaban para que despertara, y no sólo eso, sabía quién era esa persona.

—¡Daniel! ¡Daniel! ¡Despierta! ¡Vamos Dan, tú puedes! ¡Despierta! —John me gritaba desesperado, algo más sucedía. Intenté abrir los ojos, pero me pesaban demasiado—, ¡Daniel tienes que intentarlo! ¡Levántate!

Mis sentidos pronto comenzaron a funcionar normalmente, y gracias a ellos pude por fin mover mi mano unos centímetros cerca de la cara de John, este se asustó por el contacto, pero al ver que era yo, tomó mi mano y la apretó fuertemente.

—Eso es Dan, sigue así. Despierta, tú puedes. Abre los ojos.

Con el tiempo pude escuchar mis propios latidos, era una melodia suave, lo que me decía que el pulso estaba lento, algo me pasaba. Mis párpados pesaban, pero hice mi mayor esfuerzo y comencé abrir mis ojos poco a poco.

La fuerte luz y las llamas no me dejaban ver nada, lo que también ocasionó que me ardieran cerrándolos, e  inmediatamente solté un gemido de dolor.

—Eh Daniel, abre los ojos. Debes volver a intentarlo, no te duermas. Se que arden, pero es la única forma. Vamos Dan.

Mi pulso comenzó a acelerarse y mi respiración era muy agitada, John empezó a preocuparse por la forma en la que respiraba. Puso una mano sobre mi pecho e intentó tranquilizarme.

—Tranquilo Dan, tranquilo. Estoy aquí, estoy contigo. Solo abre los ojos, todo está bien.

Confirme John hablaba, el granero en llamas poco a poco se iba cayendo, tenía que apurarme. Respire profundamente y abrí mis ojos despacio. Al sentir de nuevo la luz y las llamas, mis ojos querían descansar de nuevo, pero esta vez no lo permití.

Ardían, lo juro que ardían horriblemente. Pero aún así pude mantenerlos abiertos, al final mi vista de estar borrosa, se puso más nítida y puede ver mejor, allí enfrente mío se encontraba John con una sonrisa de oreja a oreja, estaba feliz.

—Lo lograste, Dan. Así se hace, ahora te ayudo a levantarte para salir de aquí.

Asentí con la cabeza, y él levantó primero, para luego tenderme la mano y tomarla, tomé impulso y me levanto, ahora de pie podía ver mejor el lugar.

—Joder... Eso sí dolió —fue lo primero que dije y John río a carcajadas por eso.

—Es bueno ver que aún sigue tu sentido del humor, Occoner.

Los Patrulleros Nocturnos: El Inicio de Gray Archer [Libro 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora