[ 𝙋𝙃𝙊𝘽𝙄𝘼 ] 𝘵𝘦𝘮𝘰𝘳 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘴𝘰 𝘦 𝘪𝘳𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭, 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘳á𝘤𝘵𝘦𝘳 𝘦𝘯𝘧𝘦𝘳𝘮𝘪𝘻𝘰, 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢, 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘢 𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘪𝘵𝘶𝘢𝘤𝘪ó𝘯.
Tokyo se vació en menos de un minuto tras el apag...
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Jamás se había enamorado.
Bueno, o eso creía. En primaria le gustaba reírse de las malas bromas de un niño que dijo que sabía hacer puzzles grandes (para él "grande" significaba 50 piezas), más tarde pasó a hacerle los deberes a otro que juró haber visto con un cubito de rubik casi resuelto (era de su hermana mayor) y la última tontería que llegó a hacer por alguien que la interesó en lo más mínimo fue no decir nada a la profesora cuando la quitó el almuerzo.
— Minhee, cariño — su madre siempre la llamaba con suavidad antes de que su relación acabara en la basura y se largara del país—. ¿Qué harás cuando te cases? Volverás loco a tu marido.
Esos comentarios la causaban un molesto ardor en la boca del estómago, como si hubiera comido algo que la había sentado mal. No estaba aún diagnosticada, la higiene a su alrededor era horrible y las personas no comprendían que no se encontraba bien y odiaba tenerlos cerca. En ocasiones estaba colérica y se frotaba con tanta fuerza los brazos que se creaba heridas, otras veces se angustiaba al punto de tirar de su pelo y lo más repetitivo en sus días eran las ganas de vomitar y los pensamientos que apenas la dejaban salir de su habitación.
— No me conformaré con alguien que no sepa apreciarme — sentenció entonces, mientras colocaba los libros de su estantería por tercera vez en la semana a la vez que limpiaba el inexistente polvo que poseían. Recuerda las muecas que su madre hacía y como murmuraba que sería una "mujer loca". Mas tarde comprendió que con mujer loca, se refería a alguien con el suficiente valor de no querer conformarse con los estereotipos y prejuicios de su lugar de crianza y avanzar. Averiguó que era envidia. O que realmente estaba loca.
EPISODETWENTY-THREE SHUNTARO
— Mi nombre es Miwa — la única persona que se acercó a ella cuando rondaba sin rumbo por la enorme zona de universidades fue una chica de cabello teñido de un color brillante y con un vestuario extraño—. Soy la encargada de enseñarte el campus.
— Minhee — trató de pronunciarlo, pero quedó tan disgustada por su estúpido acento japonés en su nombre de manera tan forzada, que acabó pidiéndola que se refiriera a ella como Ahn, o que simplemente no lo hiciera. La guió por cada bloque, pasillo, espacio de descanso y edificio según especialidad, hablando aunque ella no mostrara interés fuera de los carteles, trofeos o ciertas personas que charlaban cargando libros de su especialidad. Los de biología estaban tirados en el césped recién cortado del jardín frente a la facultad de Medicina, los de Derecho se dirigían a la biblioteca y los que creyó entender que eran de Química llevaban bajo sus brazos unas batas blancas. Un chicho de cabello azabache y liso de la especialidad de Programación abrazó efusivamente a una chica alta—. No te preocupes por encajar o algo así, aquí solo destacan los que son unos cerebritos sin esfuerzo alguno o demasiado guapos.
— Ah —no había entendido ni la mitad, pero asintió e hizo una mueca bajo su mascarilla azul, nada concordante con su jersey de punto amarillo chillón. Toda su ropa era heredada de otros o creada a base de remiendos u otras prendas de segunda mano, por lo que simplemente se ponía cualquier cosa y acabó gustándola. Miwa parecía agradable, pero incluso ella se acabó cansando de hablar y hablar sin respuesta alguna más que ruiditos y asentimientos escuetos.