[ 𝙋𝙃𝙊𝘽𝙄𝘼 ] 𝘵𝘦𝘮𝘰𝘳 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘴𝘰 𝘦 𝘪𝘳𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭, 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘳á𝘤𝘵𝘦𝘳 𝘦𝘯𝘧𝘦𝘳𝘮𝘪𝘻𝘰, 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢, 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘢 𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘪𝘵𝘶𝘢𝘤𝘪ó𝘯.
Tokyo se vació en menos de un minuto tras el apag...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Chishiya ya la había hablado antes del sobre negro, el mayor misterio de la Playa.
Todas las cartas que han reunido los miembros seleccionados guardan en la caja fuerte de la suite del Sombrerero. El código de la caja fuerte se encuentra en el interior de un sobre negro previamente sellado. El sobre es opaco y de máximo secreto, y únicamente puede abrirse cuando haya un nuevo número uno. Por tanto, solo él verá el código en presencia de los miembros del ejecutivo.
Reunidos en aquella sala, Minhee ni si quiera prestó atención a la presencia del insoportable Niragi o la tensión que se palpaba en el aire. Ella sólo quería saber dónde estaban las cartas, robarlas y salir de ahí corriendo antes de que algo horrible pudiera ocurrir.
Aguni rajó el sobre negro y su bonito sello rojo. Minhee trató de no mostrar demasiado interés, entrecerrando levemente los ojos para analizar cualquier cosa. El nuevo número uno tenía la hoja del sobre cubierta por la mesa, por lo que lo único que la quedaba era analizar su expresión.
Y su expresión fue oro puro. Frunció levemente el ceño, ladeó la cabeza de manera casi imperceptible y después alzó la mirada. Estaba pensando, estaba analizando lo que acababa de ver. En el sobre no estaba el código, y lo más probable es que en realidad estuviera otra cosa escrita.
Miró de reojo a Chishiya, y con tan sólo eso supo que él también había estado al tanto de su cambio de expresión.
Volvieron a sellar el sobre, y esta vez Minhee colocó su firma con una pluma de tinta blanca, destacando el gran número de firmas en comparación del anterior sobre. El ejecutivo había cambiado, al igual que la Playa.
EPISODETHIRTY-ONE ENEMIES
— Arisu se infiltrará en la suite real, buscará la caja fuerte y robará todas las cartas de poker que haya — explicó Chishiya. A Minhee no la hacía demasiada gracia que la reunión fuera en su habitación, pero definitivamente no iba a entrar en la de cualquiera no sin antes haber comprobado que estaba limpia. Tuvo que resignarse a tenerlos ahí como cucarachas, mientras ella buscaba los walkie que había conseguido Kuina.
— ¿Qué hay del código? — preguntó Arisu.
— Tengo una idea — Chishiya sintió la mirada dorada de Minhee taladrar su nuca—. En realidad, tenemos — la incluyó—. Te lo diré cuando estés en la caja fuerte.
Le extendió un walkie, ganándose una sonrisita de Arisu.
— Eres precavido, lo entiendo — aceptó. A Minhee a veces le sorprendía lo poco cuidadosa que era la gente. Si la dijeran que quedaban huecos tan grandes en un plan donde su vida corría peligro, les mandaría a la mierda sin dudarlo.
— Usagi y Kuina estarán vigilando — extendió otros walkies. Minhee observó atentamente la expresión angustiada de la escaladora.