𝗣𝗛𝗢𝗕𝗜𝗔 ━ 𝘈𝘭𝘪𝘤𝘦 𝘐𝘯 𝘉𝘰𝘳𝘥𝘦𝘳𝘭𝘢𝘯𝘥

EPISODE SEVEN

La clave de los juegos de corazón era la paz mental. Minhee no tenía demasiada, pero mientras limpiaba la zona en la que Banda, Enji y ella se quedarían mientras el juego se desarrollara, encontró un poco de despeje mental. No dijeron nada, aunque Enji se ofreció a ayudarla. No quería ayuda, solo quería que se estuvieran quietos y después se lavasen las manos.

— Listo — aseguró, dejando a un lado los productos de limpieza que había saqueado. Las mesas de la sala de visitas estaban impecables, aunque Minhee detectaba cierta higienizacion de la prisión—. Que asco de sitio.

— ¿Tu obsesión es tan solo la limpieza? — Banda se sentó en una mesita, sin tocar nada, viéndola sacar más cosas de su mochila.

— El orden simétrico, la limpieza — asintió—. Todo debe estar ordenado y limpio. Créeme cuando te aseguro que sé cuando alguien no se ha duchado. ¿Cierto, Enji?

El hombre tragó saliva, sentándose en la misma mesa con una postura tensa. Banda le miró de reojo, aunque no dijo nada más. Agradecía que no fuera muy hablador, no soportaría tener a un pesado de compañero. Simplemente escuchaba, analizaba y de vez en cuando aportaba algo. Como Chishiya.

— ¿Eso es una planta? —se extrañó el de flequillo, viéndola colocar en el centro de la mesa la macetita. Asintió quedamente, buscando también el agua y la libreta—. ¿Por qué has traído una planta?

— Estoy investigando la vegetación de Borderland, su crecimiento — musitó, vertiendo un poco de agua en la tierra. Colocó la palma de la mano estirada a su lado, y anotó su tamaño—. Crecen anormalmente rápido.

— Científica — razonó Banda, atento también a la planta. Parecían dos idiotas mirando fijamente una maceta—. ¿Qué más tienes además del TOC?

— ¿Y tú? — devolvió. No la gustaba hablar de ello. Cuando decía que tenía TOC la gente la trataba como alguien inofensiva, pero si ampliaba su currículum... Banda sonrió en pequeñito, estableciendo contacto visual. Minhee lo sabía, y Banda sabía o sospechaba de lo suyo también. Sus sospechas hacia él aumentaron el doble.

— Me gusta pasar el tiempo con mis dos nuevos amigos — comenzaba a preferir al matón que se pensaba que no sabía el idioma—. Una científica, y...

— ¿Oh, yo? — se señaló azorado Enji. No se esperaba ser incluido en la conversación entre ambos. Minhee dejó de contemplar las hojas verdes, prestando atención al Matsushita—. No era nadie importante, un simple vendedor.

Minhee sonrió para sí misma, rozando con la yema de los dedos el bote del antibiótico que debía tomar en dos horas. Banda Sunato, quién aseguraba parecerse a ella, y Enji Matsushita, que mentía con todas las letras. ¿Cómo era posible que el juego se pusiera aún más interesante?

EPISODE SEVEN
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Cuando salió de la sala con una ronda completada, al primero que vio fue a Chishiya. Se había metido en la celda a su lado, actuando de cierta manera un poco pesado. Miró de reojo su collar, aunque no dijo nada.