[ 𝙋𝙃𝙊𝘽𝙄𝘼 ] 𝘵𝘦𝘮𝘰𝘳 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘴𝘰 𝘦 𝘪𝘳𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭, 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘳á𝘤𝘵𝘦𝘳 𝘦𝘯𝘧𝘦𝘳𝘮𝘪𝘻𝘰, 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢, 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘢 𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘪𝘵𝘶𝘢𝘤𝘪ó𝘯.
Tokyo se vació en menos de un minuto tras el apag...
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Podría haber hecho una salida triunfal demostrando a Chishiya que ella tenía razón, pero una vez más él demostraba ser más inteligente de lo que le convenía a Minhee que fuera. Él se había quedado sin Ippei, y ella se tuvo que sujetar de la sucia pared para no caerse.
— ¿Cuál de los dos está más jodido? —se burló. Recogiendo su orgullo, se separó de la pared a paso tambaleante—. Minhee.
Se giró creyendo que pediría ayuda, pero simplemente hizo un gesto al suelo, donde había un bote de gel desinfectante. Mordió el interior de su mejilla pensando en cómo cogerlo sin caer inconsciente al agacharse, aunque cuando se iba a arriesgar para demostrarle a Chishiya que estaba perfectamente una mano se adelantó.
— Vamos, Min — llegando en el momento justo—. Es el momento —susurró, mirando de reojo al teñido.
— Te has hecho de rogar — murmuró entre dientes. Apretó con fuerza los puños para ignorar el dolor de su abdomen, y le siguió por el pasillo—. Espera, no puedo ir tan rápido.
— Tu camisa se ha manchado.
Se detuvo de golpe, con la mente en blanco. Suciedad en su camiseta. No quería mirar, pero necesitaba verlo con sus propios ojos o acabaría arrancandose la cabeza de los nervios. Sucia, mancha, gérmenes, bacterias, mancha, mancha.
— Eso es algo que definitivamente nunca le debes decir a alguien con TOC — pronunció lentamente. Banda miró al techo haciéndose el inocente, aunque lo había hecho a propósito simplemente para verla perder los nervios—. Tengo tu vida en mis manos, no juegues conmigo— advirtió enfadada. Pasó por su lado dejándole solo, yendo lo más rápido que podía a por su mochila. Había guardado varias prendas de cambio previendo esa situación, pero aún así podía sentir la vocecita de su cabeza repetir que estaba contaminada.
Al sacar la tela un paquete cayó, y se detuvo un momento mirándole fijamente. Era hilo médico, el especial para dar puntos. Tenía también aguja y pinzas, además de un buen suministro de medicamentos. Si la sangre había llegado a la camiseta eso solo indicaba una cosa: estaba muy jodida. Debía aguantar dos horas más, sin contar con que estaría sola en Borderland siendo perseguida por el pirado quemado y el pirado de picas. Chishiya sabía como curarla, sin embargo...
— Puedo aguantar — se mintió.
— No puedes — tarareó Banda, sentándose en la mesa con toda la comida y abriendo un paquete de galletas—. Tienes un diamante, por cierto. Enji está en la cafetería.
— Iré más tarde — por un momento, su vista se tornó negra, y sus pies se tambalearon. Banda hizo el amago de sujetarla, pero ella misma mantuvo el equilibrio aferrándose a la mesa—. Con un poco de comida estaré mejor.
— ¿Sabes cuanto tarda alguien en morir por una herida así?
— Seguro que tú lo sabes muy bien - atacó, irritada. De reojo observó su collar—. Tienes un corazón. No me sigas.