𝗣𝗛𝗢𝗕𝗜𝗔 ━ 𝘈𝘭𝘪𝘤𝘦 𝘐𝘯 𝘉𝘰𝘳𝘥𝘦𝘳𝘭𝘢𝘯𝘥

EPISODE ONE

— ¿Tienes realmente algún sueño, Chishiya?

Minhee jugaba a girar entre sus dedos el rotulador de la pizarra, mirando al techo y dejando que él se tumbara junto a ella en la cama de feas sábanas marrones. De vez en cuando le lanzaba alguna mirada de reojo, aunque la apartaba cuando se daba cuenta que él no se cansaba aún de verla hablar de cualquier cosa que deseara.

Sentía que, en ese tiempo que llevaban juntos en la Playa, había aprendido más de física que en toda su vida. Minhee hablaba de estrellas, átomos, agujeros negros y la dilatación temporal. Sentía fascinación por las galaxias, y bajaba el tono al mencionar los satélites naturales. Amaba la física, la astronomía y la cuántica, y él había acabado amando también cuando ella hablada de eso.

— No realmente — admitió. Minhee había sido clara al ansiar entrar en centros de investigación y aspirar al mayor logro: el Premio Nobel de Física. Él dijo que era ambiciosa, ella que lo lograría sin dudarlo—. Ni si quiera encuentro cual es el sentido de...

— Ni se te ocurra acabar esa frase tan cliché — detuvo, mirándole con sus fieros orbes ámbar—. El sentido de la vida es una búsqueda absurda. Estamos aquí, vivos, y moriremos algún día.

— ¿No crees en Dios?

— Creo en mí, y es suficiente — determinó—. No me interesa cuestionar mis valores por un tercero, simplemente vivo estableciendo mis propias metas.

Chishiya quedó en silencio, mientras la coreana dejaba a un lado el rotulador tras largos y repetitivos giros.

— Eres fascinante, Minhee — musitó. Ella soltó una risita nasal.

— Averigua quién eres, y serás tan fascinante como yo.

Y aunque hubiera sido un mensaje cargado de ego, Ahn Minhee realmente deseaba ver a Shuntaro Chishiya dejar de pensar que la vida no tenía sentido. Ella siempre tuvo claro quién era y quién quería ser, y quería lo mismo para aquel extraño rubio que había logrado hacerse un espacio en su burbuja.

EPISODE ONE
FEVER

— Ni si quiera sé qué hago pensando en eso...

Debía ser mediodía, pero Chishiya aún no había vuelto. Jamás se había sentido sola, pero la ausencia de ese estudiante tan altanero solo la ponía los pelos de punta en aquel extraño país de locos.

De nuevo había acertado en aquella hipótesis sobre Borderland. Priesa fase, cartas bajas del as al diez. Segunda fase, las figuras. Era tan obvio que la extrañaba que nadie más se hubiera dado cuenta antes, especialmente el Sombrerero. Aquel hombre fue un demente adicto que perdió el rumbo, pero si hubiera dejado atrás esa obsesión habría logrado hacer grandes cosas junto a ella. Habría estado encantada de unirse a él si hubiera estado en su sano juicio, pero fue más fácil manipularle hasta la muerte.