Inesperado
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Rafaela Thalassinos¿Creyó que me dejaría usar y dominar? Para eso están los esclavos, no una mujer capaz de hacer lo propio.
Volví a mi oficina, sin chaqueta. Keira me esperaba con una mujer.
–Capitana, la psicóloga pidió hablar con usted en cuanto volviera –con un asentimiento ella salió y me dejo a solas con la mujer que vestía un traje.
–Buenas tardes capitana, soy la psicóloga, Alina Torrez, seguí las ordenes que usted dejo, pero los rehenes están en estado de shock además de negarse a hablar, con voto de silencio –informo.
–Ellas es la única que habla, de forma escaza.
–Lo sé, también me informaron de la pérdida del habla del varón. La mujer emitió pocas palabras, pero lo hizo en árabe, en su lengua natal.
–De esa forma me comunique con ella.
–Estoy enterada que usted es poliglota, necesito que me colabore para recaudar los testimonios y avanzar con el caso.
–Está bien –me puse de pie, cerrando todos los documentos y poniéndolos en orden.
–Intente que sientan confianza en mí –hablo de pronto¬–, pero usted y ella ya crearon un vínculo, por eso está pidiendo por usted.
Asentí, caminamos juntas hasta el ascensor, entrando y presionando el subsuelo 4, llegando al lugar, entramos a una oficina negra, dos soldados vigilaban la habitación contigua dividida por un vidrio polarizado, dejando ver a los dos desconocidos. El varón estaba con camisa de fuerza y la mujer apoyada a él, durmiendo.
Mi expresión debió ser muy notoria, la molestia y el dolor se habían hecho presentes, pues la psicóloga hablo:
–Se le puso camisa de fuerza porque demostró ser agresivo.
–Sabe que pasaron por un trauma, ¿verdad? Estaban encadenados como si fuesen a ser sacrificados, no sabemos lo que vivieron, y si no empatizamos pues tampoco nos ganaremos su confianza.
–Créame que lo sé, me opuse a que tomaran esas medidas, pero fue orden del general.
Diciendo esto, en ese preciso instante entro el general, seguido del coronel, este último sorprendido al verme, frunciendo el ceño, enojado.
–Capitana, que sorpresa, acaba de salir de observación y retoma sus funciones –hablo el general sereno, todo lo contrario, a su sucesor –, que rendimiento más optimo.
–General, los rehenes se niegan a hablar de no ser conmigo, y sinceramente no quiero ir a casa con un problema tan grande frente a mis narices.
–Sea útil capitana –asentí, pasando mi mirada al coronel que se lo notaba molesto, viendo a los rehenes.
–Capitana, debe vestirse para entrar a la cámara de aislamiento –hablo la psicóloga, los soldados que se encontraban en la silla se pararon y nos ayudaron a ambas a vestirnos.
La psicóloga ingresó primero, pero antes de seguirla el coronel me agarro del brazo, rápidamente repare en los que nos acompañaban, no estaban.
–¿Qué hace aquí? Creí haberla...
–¿Amenazado?
–Abandono el hotel dejando su puesto.
–¿Paso algo en mi ausencia? No, observé la proclamación e incluso escuché las palabras del presidente –respondí–. Tuve mis razones para abandonar mi puesto, justificadas.
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La degradación del corazón (borrador)
Action¿Qué sucede cuando el enemigo esta frente a ti y tu estas cegado por el sentimiento más peligroso que la humanidad conoce? Bendecida y creada por Atenea y Apate, se disfraza de inocente, se camufla, te engaña, te hipnotiza como si fuese una serpient...