Cap. 43

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Volviste a la oscuridad

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Las ganas de vomitar me estaban matando pero tenía que disimular ya que el estado de Bricett estaba pésimo. Moriría era notorio. Puse una botella de agua sobre la mesa y esta rápidamente la abrió, pese a estar con esposas, y bebió casi la mitad de la botella, derramando agua en el proceso. Se limpio la boca y se quedo totalmente estática.

―¿Por qué mentiste? ―pregunto sin expresión en el rostro.

―No mentí ―entrecerró los ojos.

―Adivinare, Viamont te lo ordenó ―dijo y yo busque evadir el tema.

―Tu condena...

―Mi condena la pagare en el infierno ―interrumpió para beber más agua.

―¿Por qué pediste por mi? ―necesitaba resolver dudas.

―Porque no tuve la dicha de felicitar a Ametller así que lo hago contigo ―sonrió satisfecha.

―¿Felicitar? ―observe a mi detrás, la cámara de seguridad estaba encendida y grababa todo.

―Fueron las únicas capaces de capturarme ―respondio emocionada, como si de un juego se hubiese tratado, aunque realmente lo era, nos dios pistas, historias y jugadores.

―Tú quieres algo de mí ―dije de pronto, sonrió y observó la cámara de seguridad.

―¿Oculto o no los secretos? ―susurró.

― No sé de que hablas ―interrumpí, quería saber todo lo que ella conocía de mi, pero este no era lugar ni momento, menos con pares de ojos detrás mío que ya empezaban a desconfiar.

―¡Oh, ya veo!―rió―, los oculto entonces.

―Ni siquiera te conozco.

―Eso crees tú, yo en cambio te conozco muy bien ―hizo una especie de baile que me resolvió todas mis dudas―. Que buenos movimientos.

―¿De dónde? ―necesitaba un punto fijo para rebobinar mi mente.

―El gas que le regale al rey surtió efecto―habló feliz―, fue una de mis propias creaciones, que orgullosa me siento.

―¿Qué gas?

―El que te hace olvidar todo lo que haces, las cosas malas Rafaela, quien no hubiese querido olvidar todo lo que te pasaba―hizo una mueca de pena―. Que fuerte.

―¿Por qué salvaste a los judíos? ―cambie de tema.

―Porque Adal preparaba una bomba atómica ―tomo aire―. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados, eran la combinación de materiales radiactivos y tóxicos perfectos para devastar todo y a todos.

―¿Entonces eres la heroína? ―pregunte.

―Yo estaba ayudándolo, tengo parte de culpa ―admitió―, hasta que descubrí su verdadero plan ―irguió su espalda―. Inicialmente creí que se trataba de una nueva droga, jamás antes vista. Capsulas con gas, pero el libro que rosario me había encargado, donde mantenía todas sus recetas, desapareció y lo encontré en poder de Armin y Adal.

―¿Brant?

―El jamás formo parte de esa familia, solo usa el apellido ―tosió―. Armin buscaba el veneno y Adal el antídoto, experimentaban en animales pero no les servía entonces se les ocurrió experimentar en personas y su odio hacia los judíos los alentó.

La degradación del corazón (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora