Genshin Impact: Cyrus | Suerte antes del festival

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Canción-OST: "In Vertigo" de Beach Fossils ft. KAZU Makino.

Tiempo estándar de lectura: 00:04:26

Palabras: 1292.

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Suerte. Desde que habías entrado al Gremio de Aventureros, en la división de la ciudad de Mondstadt, te acompañaba. Pensabas en no invocarle siempre. Sino estar más atento a resolver las cuestiones por tu cuenta. Y no tentarla cuando no fuera.

Pero esta vez podías darte el lujo.

La famosa taberna "El obsequio del Ángel", por ser un día tranquilo previo a los festivales de la ciudad, estaba algo vacía. De fuera de esta, los preparativos. Normalmente estarían aquí, al igual que tú, otros miembros del gremio. Pero esta vez, solo por hoy, podrías darte otro lujo.

—Creí que no te gustaba el vino...

La frase ha provenido de un hombre frente a ti, de los pocos asiduos clientes que quedaban en el lugar. Alto, de cuerpo formado (mucho más que el tuyo), cabello claro de un tono anaranjado, barba tupida y bigote del mismo tono, y un porte increíble que le daba pie al rango y la admiración que ostentaba en el Gremio de Aventureros.

—No es eso, señor. Es solo que...

—Por favor, dime Cyrus... ¿Te parece bien?

Te sorprendió que lo dijera de ese modo. Es decir, no lo decía mal o como si estuviera enojado. Sino que te sorprendió que te diera esa libertad. El líder del Gremio de Aventureros, precisamente Cyrus, que se encontraba contigo dado que fuiste el último en todavía hablar con él, era un hombre estoico y de buen porte pero que también tenía una personalidad agradable.

Tal personalidad, como cuál los demás aventureros como tú debían conducirse en las demás naciones.

—Ah... Claro, Cyrus... Es que...

—Es por respeto. Lo sé. Ojalá más jóvenes fueran como tú, (t/n).

—¿De verdad lo cree?

Has preguntado mientras él vuelve a tomar un trago de su tarro de... ¿Cerveza? ¿Sidra de manzana? No recuerdas bien lo que pidió o lo que solía tomar. Era una de esas pocas ocasiones en las que solías pedir algo fuerte para el ambiente o darte cuenta de lo que pedían los demás.

—Sí... Es decir, no digo que haya problemas con los demás aventureros. Lo digo por los demás jóvenes de Teyvat.

—Hemos tenido buenos reclutas.

—Y eso es bueno. Todos son buenos. Sobre todo Jack y tú, son excelentes. He visto que te llevas muy bien con él.

—Es un gran chico —dices, volviendo a beber de tu tarro.

Podías quedarte ahí a escucharlo, a seguirle el paso, a que todo continuara. Era sorprende que, a lo mucho, apenas cambiara su estado anímico. Nunca lo veías, al día siguiente, con resaca. Cyrus es un hombre muy fuerte y siempre se lo haces ver.

—No tienes nada que temer. Un joven como tú debe ser más enérgico.

—¡Pero lo soy! —Dices un tanto avergonzado.

—Lo sé... Tus habilidades y tu destreza compensan tus fuerzas.

No te molestaba que te lo dijera. Al contrario, estaba bien. No llegarías del todo a ser como los demás aventureros, pero al menos querías hacerte frente ante los demás. Sobre todo ante él.

—¿Has pensando en ir a expediciones más allá de Mondstadt?

—Sí... Me encantaría. ¿Usted nos acompañaría, Cyrus?

—Tal vez... —dice, bebe un trago más y se limpia la boca con la mano—. No lo sé. Claro que ha pasado un tiempo desde la última vez que fui a una aventura, ¡Pero no por algo soy el Maestro! ¿O acaso no te sientes listo?

—No... No es eso. Al contrario, me siento listo.

—Tuviste un excelente entrenamiento. Y ni hablar de tu examen. ¡Estoy muy orgulloso!

—Sí... Fue un buen entrenamiento. Pero aun así, Cyrus, quisiera llegar un poco más lejos.

—Lo lograrás, de eso estoy seguro, niño.

—¿Cree que sea un aventurero nato?

Cyrus despega un poco la mirada de ti, con tranquilidad y dejando ver un semblante contrariado por tu pregunta. Quizá no lo esperaba, pero era obvio que tenía la respuesta.

—No lo dudes. Lo eres. Me sorprendía como te movías y como no te lastimabas tan rápido como los demás... Hace poco le tomé el mismo examen al joven Aether, y aunque lo hizo bien, no lo hizo mejor que tú.

—Ya veremos cuando salga al mundo.

—Lo harán bien.

Los dos se vieron de frente. Creíste que quizá ya estaba lo suficientemente ebrio. No, él podía aguantar mucho.

Un sonido extraño se hizo eco a las afueras de la Taberna. Hiciste atención de ello. ¿Qué habrá sido? Cyrus te ofreció ir a ver. Los dos se levantaron con cuidado y comenzaron a andar hacia la entrada.

Suerte la tuya que tú admisión al gremio había sido unas semanas antes del Festival de las Flores del Viento. Suerte la tuya de que lo habías hecho bien. Y suerte la tuya de que nadie se fijaba en que siempre mirabas o siempre querías estar cerca del líder del gremio.

Bueno, al menos alguien si se dio cuenta.

Sus sospechas se hicieron ciertas cuando una vez hablabas precisamente con Jack, joven aventurero del gremio, sobre su familia, así como las constantes visitas que realizabas a la tienda de suvenires de su hija Marjorie.

Los dos salieron con cuidado. La noche estaba en su punto para dar paso a la trasnoche. Ya era algo tarde. No tenías ningún inconveniente como aventurero independiente. Por suerte solo había sido una decoración de la plaza principal que se había caído.

—Al menos fue del festival —dices.

—Sí —contesta tras un largo suspiro—. Me gusta mucho. Este es un día para recordar a aquellos héroes que lucharon por su libertad. Por los que hicieron sacrificios por nuestra ciudad.

—Es hermoso —dices.

—Cuando esté listo... Es la primera vez que vas a presenciar uno plenamente, ¿Me equívoco?

—Para nada, Cyrus... Hasta he conseguido las margaritas voladoras.

—¿Las elegiste tú o...?

—Las elegí yo, sí —dices con orgullo—. Fue cuando estaba en las afueras. Ahí las encontré.

—¡Excelente, (t/n)! Es la ideal para este festival. Bueno, muchos piensan que es el diente de león, pero otros pensamos que ese es el verdadero símbolo de nuestra ciudad.

Querías escucharlo, pero también querías decirle. ¿Pero cómo decirle aun así? En este momento, aunque seguro. Pero tampoco querías arriesgarlo todo.

Su mano sube sobre tu hombro, haciéndote llamar la atención. Regresas la mirada hacia él, de nuevo notando la diferencia de alturas entre los dos, pero él no despega la mirada del infinito de Mondstadt y la festividad que parecía acercarse.

—Me alegro de que estés aquí, (t/n).

Permite que te acerques con cuidado hacia él, dejando caer tu cabeza algo cerca de su pecho.

—Gracias, Cyrus...

Quizá miraba en dirección hacia la estatura, quizá era porque estaba un poco más anímico que cuando iniciaron. Pero por un instante pensaste que quizá era la prueba. La seguridad que tendrías para que, el día del festival, le entregaras la flor que se acostumbra para sellar dos almas.

PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora