PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Dream Daddy: Craig Cahn | Dale forma

Canción-OST: "Comatose" de The Brinks.

Tiempo estándar de lectura: 00:09:03

Palabras: 1932.

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Querías rendirte, desertar, bajar la mirada y tirar la toalla. Y por tirar la toalla me refiero a eso, literal, tirar todo el dinero que habías invertido a la basura y después correr por frituras y hacer que a los demás les importe un demonio lo que hagas.

Sí, era un dinero que no te sobraba. Y sí, estabas haciendo algo que no querías.

Es algo temprano pero así lo marca la rutina. Eras joven, sin duda, pero tu trabajo de ocho horas tampoco te ayudaba. La semana que viene vendrás en la tarde.

El médico te dijo que era por tu bien. El médico alternativo dijo que si aumentabas la presión de tus ejercicios, y tomabas ciertas cosas, podías seguir comiendo como quisieras y, de todos modos, bajar lo malo.

Quieres pensar que todos en el polideportivo de la ciudad son honestos, hasta los espejos. Nunca antes te había importado algo así.

Caminas con desánimo al ver las instalaciones y los pocos que quedan en aquel lugar. Era fácil notar a varias personas, más hombres que mujeres, que se dedicaban a hacer rutina de ejercicios. No, no pagaste por un entrenador, pero tampoco te bastaba.

Solo tenías que seguirles el juego a los demás.

—Vamos...

Miras a tu alrededor, rezas. Sabías que iba a pasar. Corres rápidamente al baño y te encierras en el más cercano. Aún dentro, miras hacia todos lados. Las paredes hablan.

Metes tu mano dentro de tu pantalón, lo levantas, lo ajustas con presión en tu ropa interior. Te limpias la mano. Suspiras. Pasas ambas manos sobre tu rostro.

Miras hacia el techo.

Sales del baño, pasando ligeramente tu mano sobre tu brazo. Y es que nunca te había importado. Nunca. Sí, eras así. Por eso te lastimaba estar ahí. Ya hay más gente en el gimnasio. Querías perder tu propósito de año nuevo como todos los demás, aunque un mes tarde ya.

Y es que nunca te había importado que miraran tu cuerpo, y nunca te había importado que se acercaran a ti. Pero llegó un momento en que ya te sentías inseguro de lo que veías en el espejo. La leve barriga, las espinillas recorriendo todo el cuerpo, los cabellos mal puestos.

Miras a uno de los espejos.

No eras ni delgado ni robusto, de piel (c/p), de cabello (f/c) (t/c). Tu cara era engañosa ante los espejos. La ropa, la cara, los espejos, las fotos, los demás. Todo miente.

Y es que nunca te había importado que te vieran los hombres.

—Buenos días...

Dice corriendo, y levantando la mano.

Es todo un hombre. Tiene el cabello negro, facciones ligeras en su rostro, piel cálida, y un cuerpo divino. Músculos y fuerza emanan de sí.

—Buenos días —le contestas.

Nunca te había importado nada y ninguna de estas cosas.

Hasta que lo viste a él.

Sabías quien era pero siempre planeabas hacerte el tonto cuando se llegaran a acercar. Y querías acercarte a él en todos los motivos. Se llamaba Craig, y sabías que era todo un hombre. Pues venía a veces con sus hijos a hacer ejercicio, y eso te hacía sentir bastante incómodo.