Saga Percy Jackson: Alabaster Torrington | Vida de posguerra

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Canción-OST: "Don't Kiss Me Goodbye" de Ultra Orange & Emmanuelle.

Tiempo estándar de lectura: 00:08:12

Palabras: 1938.

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Y caminaste con tranquilidad de la noche siempre que estabas a solas. Sin embargo, igual no podías darte el lujo de andar con tranquilidad. Llevabas una bolsa de basura. Saliste de la casa con ella en manos, te acercaste a la calzada y dejaste la bolsa dentro del contenedor azul. La ciudad era tranquila hasta eso y no sentías que hubiera algo que temer.

Miraste a ambos lados y no escuchaste nada más que el sonido del viento balanceándose en árboles y residencias. O al menos eso parecía. Sentiste frío y regresaste a tu hogar.

Una sensación extraña se hizo presente en ti. Un escalofrío recorrió desde tu espalda baja hacia tu mente. Fue algo que no habías sentido desde hacía mucho, pero mucho, tiempo. La sensación de sentirte observado por alguien importante.

Cerraste la puerta, te sentaste en el sofá de la sala y comenzaste a sentir algo de sueño. Comenzabas a entrecerrar los ojos mientras pensabas en lo que habías sentido al salir.

Y entonces sucedió.

Un par de golpes violentos se hicieron en la puerta, con una simetría de tiempo exacta para esperar ser contestados. Esos sonidos te agarraron adormilado a tu ser que simplemente se levantó y se dirigió a abrir la puerta.

No te dio ni tiempo de reaccionar sobre lo que hiciste cuando un cuerpo juvenil y masculino cubierto en un pantalón de mezclilla y chaqueta oscura cayó encima tuyo, sin reaccionar, cansado de tanto viajar en el exilio.

—¡Oye!

Y caíste con él al suelo.

—¡Quítate! —Exclamaste mientras lo intentabas quitar de encima—. ¡Llamaré a la policía! ¡Auxilio!

Moviste tus brazos encima de aquel cuerpo que no reaccionaba y lo alejaste de ti. Con tus manos pudiste ver su rostro hacia ti.

Y ahí estaba él, después de tantos años. Su cabello castaño, sus ojos verdes entrecerrados y las facciones de su rostro orgulloso que te habían enamorado. Habían pasado los años y él no había cambiado en nada.

—¡Alabaster! —Exclamaste sorprendido—. ¡Chico! ¡¿Estás bien?!

Solo escuchaste como respiraba inconsciente y no reaccionaba a lo que decías. No sabías ni que hacer al respecto, más el hecho de que aquel muchacho había desaparecido un día de tu vida para jamás volver. Y nadie en Keeseville, ni siquiera su padre, te había dado respuesta de su paradero.

—¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Vamos, reacciona!

Entre rapidez pusiste tus dedos cerca de su cuello y todavía sentiste su pulso provenir de sus venas mortales. Te levantaste, lo dejaste caer con cuidado e intentaste levantarlo con cuidado.

—¡Al, no te mueras! ¡No!

Y lo acercaste hasta acostarlo sobre el largo cojín del sofá más grande. Te levantaste de nuevo y lo miraste desde lo alto.

—Al... ¿Qué te pasó?

Y te caíste lentamente, con las manos encima del mismo sofá. Lo miraste con una ternura pero también con una tristeza. Más aun, el hecho de que habían pasado años desde que los dos se vieron por última vez. No sabías nada de lo que había pasado con su vida.

Y lloraste con tristeza cerca de él.



PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora