Encanto: Camilo Madrigal | Cuando todo sale bien

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(N/A: La neta, que películas tan feas con personajes tan feos se aventó Disney el año pasado. Por eso y más no nos traen de buen humor. Ahora, sí se les hace rara la frase, entonces les hace falta leer más libros. García Márquez, ese si es un orgullo de Colombia. Saludos a nuestros lectores de Colombia).

Canción-OST: "Gracias Mi Amigo, Pt. 1" de Margarita Siempre Viva.

Tiempo estándar de lectura: 00:05:24

Palabras: 1415.

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—¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por mí, nada más!

Aquel muchacho de cabellos rizados solamente negó meneando la cabeza y con los brazos cruzados. Se podía entender que había iniciado uno de sus tantos característicos berrinches, pero la verdad es que esta vez se estaba negando a algo fuera de los quehaceres.

—¡Vamos! ¡No seas así!

—(t/n), ¿Dime que tiene de gracioso un loro que grita «¡Viva el partido liberal, carajo!»?

Te empezaste a reír en el modo en el que solía imitar la voz a regañadientes. Una especie de burla sardónica que aun así te llamaba la atención.

—Para mí sí... Es que lo leí en un libro y siempre que me imagino la escena no puedo dejar de reírme, Camilo. Lo siento.

—Parece ser que eres todo un ratón de biblioteca.

Solamente respondes asintiendo con la cabeza mientras que él es más rápido para llamar tu atención. Suelta un pequeño golpe sobre tu hombro, no lo suficiente para hacerte doler sino para lograr su cometido. No haces más que reírte con cariño y ternura de que por fin estaban juntos.

—Sí.

De sobra estaba decir que Camilo Madrigal y tú eran distintos en muchísimas cosas. Para empezar que solamente ibas de visita unos meses a Encanto, un pueblecillo mágico y tranquilo ubicado entre valles y cordilleras rodeado de árboles frondosos, a raíz de las vacaciones. Tu familia más lejana era de ahí.

—Es una broma muy tonta. Incluso para mí.

—¡Vamos, Camilo! ¡Mínimo alguien va a sentir que se le va el aire!

Él ya no dice nada más, quizá porque recuerda los humildes y tristes orígenes de su familia, o tal vez porque no entendía lo sofisticado de tu petición como cualquier otro adolescente de su edad.

—Es arriesgado —le dices—. ¿Pero acaso no hemos hecho cosas más arriesgadas antes, Camilo?

Que en tu tierra solamente eras un niño cualquiera como los demás que no llamaba mucho la atención, y que hacía todo lo posible para sobrevivir entre el resto de los otros normales. Mientras que Camilo, como miembro de su familia, poseía una habilidad fantástica que lo hacía convertirse en la forma, ente o animal que él quisiera y que eso le ayudaba a hacer de las suyas cuánto pudiera.

Pero estando aquí.

Los dos están un poco alejados del pueblo, cerca de un río, rodeados de la misma vegetación que se hacía presente en el resto del mismo. La tarde había llegado a su punto máximo y ya no había mucho que hacer.

—Cómo hemos crecido —dices con tranquilidad.

—Sí... ¡Por eso es que ya no jugamos tanto!

—No es eso, Camilo. De verdad, me encanta jugar contigo... ¡Excepto cuando nos agarran a palos! ¡No!

—Nos descubren porque te confías.

—Lo sé, lo sé... Pero, cuando sale bien...

Estando con él, eras otro. Camilo sabía que en la ciudad eras tranquilo, calmado, introvertido. Pero en sus dominios las cosas eran diferentes. Desde niño te acercaste a él y algo te hizo quedarte con él.

PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora