BNHA: Jin Bubaigawara/Twice | Bajo las sábanas

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Canción-OST: "Alguien Que Lo Merece" de Él Mató A Un Policía Motorizado.

Tiempo estándar de lectura: 00:04:47

Palabras: 1015.

*******

Era como todas las noches, siempre, desde que comenzaron a dormir y estar juntos. Pero esta vez, esta precisa vez, bajo el hecho de que ya conocías toda la verdad de su alter-ego, fue que la preocupación comenzaba a comerte vivo.

Pensó que quizá sería una buena idea que te acercaras donde sus aposentos para reflexionar el asunto, quizá pasar de largo un rato más.

Pero la noche había caído y solo pudiste dormir a su lado por muy poco tiempo, entre tiempos, coincidiendo a sus modos. Te despertaste de su cama y te levantaste, al menos solo con el pecho hacia arriba y la cabeza.

Lo encontraste. Estaba tranquilo y con los brazos encima de la ventana, como siempre lo habías encontrado. Uno levantado entre sus dedos, aun no perdía ese mal hábito. Por él habías aprendido a tolerar el olor de los cigarrillos.

Lo miraste. Alto, solo vestía como tú la pura ropa interior, su pecho estaba desnudo. Cuerpo formado pero con su complexión propia, cabellos claros. Desde lejos era reconocible, único, solo para ti. Parecía estar tan tranquilo, mirando hacia el horizonte, pensando en la noche estrellada.

Moviste las cobijas con mucho cuidado y pusiste los pies en el piso frío de su lugar, caminando con cuidado. El olor del cigarro te hizo acercarte, con cuidado, en silencio, tranquilamente para que pudieras acercarte.

—No tienes que hacer eso —dice, sin despegar la mirada.

Suspiras decepcionado y ya caminas normal hacia donde se encontraba.

—¿Qué haces despierto?

—No lo sé... Tuve una pesadilla, tal vez.

—Ya no vas a poder dormir, (t/n).

Tu mirada estaba, un ojo a la pared y el otro hacia lo poco de ventana que podías observar.

—Te va a dar frío.

—El frío es el menor de mis problemas, Jin. ¿Qué haces despierto?

—¿Te importa mucho saber?

Asientes.

Piensas que quizá no es el mejor momento y que solo necesitaba estar a solas. Pero de todos modos tenías miedo y no querías abandonarlo ni en el peor momento. Tampoco querías parecer invasivo ni débil ante él. Y querías que él lo supiera.

—¿Qué ocurre, cariño?

—Tengo miedo —le dices—. Pero... No sé... Tal vez eso sea la pesadilla.

—¿Y qué soñaste?

Te quedas en silencio, aun perdido y distraído en lo que estabas pensando. Jin solamente espera tu respuesta, quizá hastiado por el silencio terrible que guardaba su fría y paupérrima habitación.

—No es nada —sonreíste y le diste la espalda—. Supongo... Pero igual me haces falta.

Si algo te distinguía de él era que eras inflexible, quizá producto de tu propia particularidad. Los dos tenían sus propios demonios pero, por la misma razón que Jin Bubaigawara y tú se habían conocido, no querías que él te viera débil.

Tenías que ser su fuerte antes de que todo se saliera de control. Entendías que él había elegido ese papel, de estar del otro lado, del de los verdaderos buenos o de los extraños, y tenías que respetarlo. Y más que eso, apoyarlo en sus noches oscuras. No querías que se mezclaran tus problemas de mediodía con sus demonios de medianoche.

—(t/n).

—Ya... Todo está bien.

—(t/n), maldita sea... ¡Dime que está pasando!

Te insultó, pero sabías como se ponía. No era para que te sintieras mal, pero si precavido. Con su mano agarrando la tuya regresaste la mirada hacia él, con un semblante enojado y puntiagudo.

—No es nada —contestas seriamente—. De verdad... Nada.

Jin te suelta, casi decepcionado por lo que ha pasado, pero sabe que hay otra cosa que te puede hacer detener.

Miras como sus brazos se ponen sobre tus hombros hasta hacerte levantar la mirada. La diferencia de alturas, cuerpos, edades y demás era notoria pero, tan cerca, deseabas tenerlo tan cerca como siempre podías. Estabas enamorado de ese hombre y él de ti también.

Te lanzaste contra él, tu cabeza encima de su pecho, y un par de sollozos en cuanto Jin respondió. Tus manos vagaron sobre su espalda hasta bajar, coincidiendo con sus respiraciones controladas hasta que por fin él volvió a regresar la mirada hacia la ventana.

—No quiero que te pase nada malo, Jin... Me preocupas. Es todo. Simplemente es que quiero estar contigo y que todo salga bien...

—(t/n)... No...

—No sé qué haría sin ti, de verdad.

—Yo también me pregunto qué sería de mí sin ti, (t/n).

—Pero, ¿Qué podemos hacer entonces?

Levantaste la mirada hacia él. Jin apretó los dientes, ya no supo que más decir, con los dedos entrelazados y arriesgados a querer lanzarse de nuevo a la cama, al deseo. Pero esta vez resultaba estar tan confundido como tú lo habías estado al hablar.

—Pero cuando estés listo, (t/n), puedes decírmelo...

Negaste con la cabeza encima de su pecho, igual con las lágrimas perdidas, con los sollozos.

—Vamos...

—Jin... Tú...

—¿Yo qué? Ya has hecho mucho por mí, cariño. No tienes más que temer. Déjalo en sueños y ya... ¿De acuerdo?

Se bajó acomodándose hacia tu altura, con su mano subiendo desde tu mejilla hacia el rostro. Tranquilo, calmado, aun con el aliento de alcohol y tabaco con el fin de controlarlo, solamente mirándote con una sonrisa que a él no le costaba darte.

—De acuerdo... Pero, igual, quiero ayudarte... Sé que me necesitas y es por eso que no quiero dejarte.

Te dio un par de palmadas y un beso en la frente, mostrando la ternura que a veces ocultaba y que solo podía dejar salir con libertad ante ti.

Juntos, de nuevo en la misma sintonía, pudiste besarlo en la boca y él respondió a tus caricias. Luego se acercó aun más, con sus manos subiendo sobre tu rostro e interrumpiendo entre besos y diciéndote:

—Todo está bien...

—Todo está bien —le dices—. Te quiero, Jin... Te quiero.

—¿Aun con todo?

—Twice, Jin, cómo sea... Solo quiero estar contigo.

—Yo también... Quédate...

Asientes.

Primero te pide beber algo con él, algo para recuperar el semblante y calmarse, y después agotar las fuerzas tras beber el amaderado, casi dulce, pero fuerte néctar que les hizo tranquilizarse bajo las sábanas.

PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora