PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Dream Daddy: Robert Small | Cuando caiga la noche

[N/A: Sabemos que a algunos de ustedes les gusta o conocen este juego. No traten de negarlo].

Canción-OST: "Those Nights" de Bastille.

Tiempo estándar de lectura: 00:11:15

Palabras: 2418.

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Otra asquerosa noche en tu vida.

La puerta se cierra tras de ti, y con ella el olor de cigarros, alcohol, promiscuidad, quizá drogas y demás problemas que no estaban aptos para ti. Era tu primera vez presumiendo tu identificación oficial, completamente legal y real. Y al final del día ni la usaste.

No tomaste nada que la ameritaba. Dos vasos de ginger ale y agua mineral.

La gente te veía raro. La puerta medio abierta también guardó las miradas de extraño que venían de aquel lugar.

La horrible música se queda en el ambiente como un murmullo en la noche, que se difumina con tu caminar en medio de la noche oscura, con tus manos dentro de los bolsillos de tu pantalón de mezclilla. El aire frío termina por hacerte sentir aún más vulnerable.

Localizas de cerca un bar cercano, quizá puedas entrar ahí a pedir teléfono para un taxi o llamar a alguien. No podrías llamar a tus padres. Ellos no sabían a donde ibas, que si bien eso no iba a representar un problema para ellos.

Eres joven, sal a divertirte, los malos recuerdos de (t/p) no te deben pegar.

Precisamente, tras alejarte algunas cuadras de la zona de tolerancia, un grupo de individuos se te acercan cautelosamente. Notas a tres. Sus prendas son holgadas, invernales, las ideales para ocultar algo.

—Amigo...

Ignóralos.

—Hey, amigo... Ven... ¡Vamos hombre!

Las voces eran bastante graves y un tanto perturbadoras. A medida de que aumentabas el paso, también estas.

—Te ves muy solo...

—Los chicos como tú se divierten...

—Vamos... Ven a tomar algo con nosotros...

Entre risas y risas se suenan. Igual, aumentas la velocidad de tus pasos pero ellos igual. Ya, es todo, serás víctima de un asalto, o una golpiza producto de la homofobia, o de una violación como tortura...

Parece que no hay salida.

Justamente la puerta de otro bar de mala muerte cerca se ha quedado abierta al momento que logras cruzar del otro lado, justo en el momento en el que los malhechores han proferido sus últimas risas. Y es una figura mayor, por referirnos a un adulto en toda la extensión de la palabra, la que deja la puerta para "protegerte".

Les siguió con la mirada por varios segundos, al ver tu extraño caminar a velocidad. Solo notó el caminar, pero no de quien venía, si era de un chico...

—Hasta que por fin llegas, mocoso —dice—. Lo siento, mi amigo no está para sus ofertas. Tiene dignidad. ¡Lárguense de aquí!

Los tres individuos, ligeramente mayores que tú cuando logras verlos a contraluz, se alejan del lugar y cruzan la calle aledaña al bar emitiendo quejas. Los miras alejarse del sitio hasta que se pierden en la noche.

Después regresas la mirada hacia tu salvador.

—Se dice "gracias" —añade, con la voz ligeramente rasposa.

Quizá producto por el alcohol.

Por lo poco que le has visto, es un adulto en toda la palabra. Su piel es cálida, su cabello, ojos y barba tienen una forma peculiar, y son de un vivo e inconfundible color castaño. Su vestimenta es salvaje, por la chaqueta de cuero negra y la mezclilla desgastada.