PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Mystic Messenger: Jumin Han | Punto medio

Canción-OST: "A 1000 Times" de Hamilton Leithauser + Rostam.

Tiempo estándar de lectura: 00:10:41

Palabras: 2856.

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Nunca habías llegado a esa parte de la ciudad. La zona que junta al distrito financiero con el distrito gubernamental y sus respectivas residencias. Es decir, la zona de ricos. Y no es que tuvieras problemas con ello. Toda tu vida habías vivido en la periferia y los suburbios. Sino que simplemente te parecía extraño. Más por el hecho de que muchos te veían como foráneo.

Pero las cosas tienen que pasar por algo, ¿No?

El lugar de la cita que ha acordado, precisamente para una simple e inocente discusión de negocios relativos a la R.F.A., institución en la que ambos formaban parte, es un restaurante. No es de lujo, pero tampoco era uno de los establecimientos que frecuentabas ocasionalmente cuando salías de clases, trabajo o simplemente no tenías ganas de cocinar.

Para acceder a él fue necesario subir a un elevador.

De nuevo, las miradas de todos.

"Pero traigo lo que marca la norma", pensabas. Traje oscuro, camisa blanca limpia, zapatos negros formales y bien lustrados para la ocasión. Me vine bien peinado, rasurado, bañado. ¿Qué problema hay? El traje es de mi talla. Es justo para mis hombros.

Tal vez sea tu mochila. Todos están acostumbrados a llevar portafolios y maletas de ese estilo.

La gente comienza a salir junto a ti. El restaurante está en uno de los últimos pisos. Por suerte, la entrada es justo en frente. Caminas con la frente en alto, sin dejarte intimidar. Abres la puerta de vidrio con cuidado y entras.

No, si es un restaurante de lujo. O al menos en tu vista. Suponías que aquí solían reunirse celebridades, empresarios o políticos a discutir los asuntos secretos que corrían por sus vidas. No reconoces a nadie. Y la única persona a la que debías encontrar tampoco estaba a simple vista.

—Buenas tardes, ¿Puedo ayudarle en algo, caballero?

Un hombre te distrajo en cuánto soltó aquella frase. Era uno de los encargados. No reconocías bien la posición que este tenía. Y su mirada, obviamente, tampoco era fácil ante recibir a un foráneo.

—Buenas tardes... —Dijiste con dificultad, tragando de nuevo las palabras en miedo a equivocarte—. Me citaron a una comida a esta hora. La mesa está a nombre de Jumin Han. Me dijo que lo esperara.

—¿De verdad? —Preguntó.

Asentiste. No creíste que eso fuera a pasar.

El encargado se sorprendió. Rápidamente fue a verificar un listado electrónico que tenía cerca del taburete de la recepción. Checó el nombre y la cita asignados. En efecto, Jumin Han, el acaudalado joven empresario que solía ser cliente frecuente del restaurante junto a otros de sus colegas, había solicitado una mesa y con un acompañante.

Regresó de nuevo hacia ti y te solicitó una identificación. Le entregaste el visado con el que te habían registrado cuando llegaste, justo tiempo antes de que te unieras a la R.F.A. Sí, todo coincidía. Tras verificar el nombre, regresó hacia ti.

—Me temo que su mesa aún no está disponible. ¿No tendrá problema en esperar a su acompañante?

—No... Ninguno.

Creías que así eran las reglas. Saliste del lugar, cerca de la puerta en el costado y enfrente del elevador, y te quedaste a esperarlo. No, no tenías nada más que hacer. No, no tenías problema alguno. Simplemente que los nervios te superaron y creíste que habías llegado a tiempo, que Jumin ya estaría ahí esperándote, o que quizá era mejor que los dos hubieran llegado juntos.