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MÚSICA
Always Forever - Cults

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Capítulo 34
Escapada a la cuidad

Margo no había visto en el resto que quedaba del día a Xenia, la chica se las había ingeniado para evitarla y la verdad es que la academia era lo suficientemente grande como para lograrlo sin mucho empeño.

En realidad, Margo tampoco tenía muchas ansias por cruzar palabra con ella. Seguía molesta por la discusión que habían tenido y todavía no estaba lista para resolver las cosas.

Por la noche, en su habitación, Xenia tampoco se presentó, algo que debió preocupar a Margo, no quería ni imaginarse donde estaba en realidad, con quien se encontraba y lo que estaba haciendo. Pero no quería pensar en Xenia, simplemente quería despejar su mente por unos minutos.

Sin embargo, la paz que tanto esperaba no duró lo suficiente.

La puerta de su habitación que ya de por si no estaba cerrada del todo, terminó por abrirse y por ella una cabeza familiar se asomó.

—¿Margo? —su voz la hizo reincorporarse—. ¿Estás a solas?

La muchacha vio como Andrew observaba el resto de su habitación.

—¿Sucedió algo? —preocupada notó las ojeras que el chico tenía bajo sus ojos.

—Oye... esto está bastante limpio —sonrió viendo cada rincón del cuarto compartido—. Max tienes razón, nuestra habitación es un desastre...

—¿Max está ahí? —Margo todavía no se acostumbraba a aquello.

—Max siempre está aquí —se quejó Andrew dirigiéndose a la cama de Xenia donde se arrojó agotado. Margo sonrió chistosa, Andrew siempre lograba sacarle una sonrisa—. Oye, es sábado por la noche Margarita... ¿de verdad no tienes planes?

—Si, mis planes eran quedarme en esa cama y en una hora escabullirme a la cocina para buscar algo de helado —le confesó la muchacha haciéndolo sonreír.

—Te propongo un plan mucho mejor que el tuyo, no te ofendas pero apesta —la señaló con torpeza.

—A ver... deslúmbrame —Margo también se sentó en su cama.

—¿Qué te parece si vamos a la cuidad, me acompañas a buscar unas cosillas y a cambio comemos un mejor helado en el camino? —Andrew rodó su cabeza por encima del colchón para observarla con aquellos ojos caídos.

—Con esas "cosillas", ¿te refieres a droga? —Margo enarcó una ceja.

—Mm... quizá —Andrew meneó su cabeza.

—¿Qué pasó? —lo acusó Margo—. ¿Te quedaste sin?

—Digamos que calculé mal mis reservas... —jugó nervioso con sus manos—... y ahora estoy en abstinencia.

—¿Y por qué no vas solo? —le preguntó ella confundida.

—Porque no confío en mi sobriedad —era la primera vez que lo veía tan serio—. Necesito que alguien controle los posibles impulsos psicóticos que puedan llegar a darme.

—Que divertido Andrew —se quejó Margo.

—Lo sé... lo siento, pero necesito ayuda Margarita —Andrew se dejó caer al suelo y suplicándole gateó hasta su cama—. Prometo que te compensaré con lo que quieras, lo que más desees...

Andrew llegó hasta ella y de rodillas abrazó sus piernas a modo de ruego.

—¿Lo que quiera? —Margo lo pensó por un momento.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora