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MÚSICA
mm+i - serin oh

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Capítulo 46
Tensión sexual

Margo sorprendida abrió sus ojos y teniendo a Theo tan cerca de su rostro, no pudo siquiera distinguir que lo que ahora veía eran sus pestañas largas y curvas.

Theo no besaba mal, sus labios jugaban con los suyos con calidez, con cariño incluso. La verdad es que jamás se hubiese esperado algo desesperado de su parte, siquiera sintió su lengua, y eso si que no la sorprendió. Siempre había visto a Theo como el más tímido y reservado del grupo por lo que aquel gesto la tomó completamente desprevenida.

Al separarse de ella, él vio como los ojos grises de Margo lo observaban con asombro por lo que Theo se puso mucho más nervioso de lo que ya se encontraba.

Tranquilo, no dire nada.

Margo se había metido en su cabeza y aunque al principio a Theo aquello lo impresionó, inmediatamente notó lo útil que había sido.

Él le sonrió agradecido y ella le devolvió la sonrisa mientras Theo volvía a su asiento y Margo por otro lado, volvió a cerrar sus ojos para que nadie sospechase.

—Ya —dijo Theo.

El resto abrió sus ojos e intrigados observaron a todos los que se encontraban a su alrededor esperando ver a alguien delatado por unos labios hinchados. Pero ninguno logró encontrar a la víctima.

Theo hizo girar la botella sobre la mesa ratona.

—¿Verdad o reto, Martha? —le preguntó el chico.

—Mmmm... reto —lo provocó ella.

Theo le sostuvo la mirada mientras pensaba, pero la verdad es que no se le vino nada a la cabeza. Digamos que Theo no era de lo más imaginativo, mucho menos para temas atrevidos como los que estaban tratando, así que Andrew lo suplantó.

—Te reto a que... —Andrew chasqueó su lengua pensativo—... derrames un poco de gaseosa en el abdomen de Deylen y la bebas con tu lengua —le dijo Andrew con una sonrisa mientras con un brazo rodeaba a Margo a su lado.

De repente, Margo sintió una especie de resentimiento hacia Andrew que no quiso siquiera admitirse a sí misma.

Martha sorprendida miró a Deylen en la otra punta de la ronda quien dejaba de beber el refresco que Margo le había devuelto. Entonces le devolvió la mirada y con sus ojos azules la incitó a acercarse.

—Tranquila Margarita, solo vamos a poner a Deylen a prueba —susurró Andrew sobre su oido.

Margo no fue capaz de responderle porque por un lado, no sabía a lo que se refería y por otro, estaba mucho más atenta a lo que sucedía frente a ella.

Martha que prefería adentrarse a la boca del lobo antes de quitarse una prenda frente al resto, se acercó a Deylen y aceptando la lata de gaseosa que él mismo le entregó, se arrodilló frente a Deylen. Bajo las pecas de sus mejillas, Martha reveló el rubor que ahora la exponía.

Nadie, absolutamente nadie dijo ni una palabra en todo el salón.

Deylen se levantó su camiseta y con sus dientes la sujetó a la altura de su pecho. Apoyó los codos sobre los apoyabrazos de aquel sillón y alzó sus antebrazos dándole luz verde.

—Todo tuyo —le sonrió aún mordiendo su camiseta.

Martha se detuvo a ver sus abdominales, se estremeció entonces. Jamás se hubiese imaginado arrimándose entre los muslos abiertos de Deylen para apoyarse sobre estos y comenzar a lamer su abdomen, pero ahí estaba y todos la observaban.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora