𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️

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MÚSICA
We Cut the Night — AaRON

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Capítulo 15
El muro

Margo con sigilo se dirigió hacia el bosque donde por última vez había visto a Deylen entrar. Para aquel entonces estaba tan cerca del borde que costeaba todo el bosque que las voces de las chicas que le gritaban en advertencia a Margo, ya ni las escuchaba y realmente no le interesaban.

Lo que si le interesaba era lo que pretendía aquel muchacho a tal hora de la noche cuando debía, como ella y todos los demás, estar en su habitación. Además, lo que le llamaba la atención a Margo es que además de estar fuera, estaba solo y entrando al bosque. Nadie que este cuerdo y sepa lo que es el peligro tomaría la decisión de entrar en medio de la noche a un tenebroso bosque.

Incluso a Margo le daba un poco de susto poner un pie ahí dentro, conociendo la poca luz que entrada a causa de los arboles y sus malditas ramas y hojas que cubrían todo lo que alguien pudiese llamar amigable y bonito. Sin embargo, para aquel entonces, el peso de la balanza se inclinaba más hacía Deylen que volver con el grupo.

Margo recordaba que él le había dicho algo así como que estaría ocupado, pero jamás pensó que sería verdad y mucho menos que su cita sería el bosque.

Tomando el único coraje que le quedaba, Margo se adentró al bosque esperando que nada ahí dentro se la comiese viva.

Era verdad que la oscuridad ahí era mayor, pero Margo todavía podía ver donde pisaba, así que se tomó la molestia de no hacer tanto ruido para no llamar su atención. Sin embargo, había un pequeño detalle y es que Margo había perdido el rastro de Deylen, quien en particular no era una buena opción para seguir ya que el desgraciado podía saltar de cualquier lugar a otro por lo que sus huellas no era de mucha ayuda.

Margo continuó caminando sintiendo el terror recorrerle la espalda como un signo de advertencia. Y es que sus sentidos estaban más que alerta por si algo le saltaba encima.

Pero nada la atacó. A diferencia, Margo encontró algo que la dejó sin palabras. Frente a ella a tan solo unos metros de distancia bordeando el bosque, había una especie de pared invisible que con sus pocos destellos claros similares a los de un cristal, eran la única forma para saber que ahí se encontraba.

La muchacha alzó la vista esperando encontrarse de alguna manera con el final de aquella barrera que separaba la academia de lo que sea que hubiese fuera. Miró hacia el cielo esperando encontrarse con su borde y final, pero por culpa de los arboles no pudo saber si en verdad aquello tenía algún límite.

Margo se acercó lentamente a aquella pared, como si algo dentro de ella la tentara a traspasarla. Algo de esa magia, porque claramente aquello no era natural, la hipnotizaba desde pies a cabeza y como ella hacía con las personas, la controlaba y la obligaba como una tentación a acercarse al muro transparente.

Algo en su brillo le susurraba palabras indescifrables, algo en su resplandor la atraía, como una especie de energía que la rejuvenecía y la envolvía por completo obligándola a arrastrar los pies hacía el vidrio.

Alzó su mano y sus dedos se estiraron hacia aquella capa, a esa luz que como ella, se acercaba en una especie de hilo hacia Margo.

Pero entonces, no tuvo la oportunidad de siquiera rozar y acariciar aquella tentadora luminosidad. Algo jaló de su cintura y la separó de la electrificánte claridad. Margo cerró sus ojos por el impacto cuando su espalda chocó contra el árbol más cercano, alguien tomó sus muñecas y para alejar su tacto, alzó sus brazos por encima de su cabeza y con fuerza acorraló sus manos inmovilizándolas.