𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️

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MÚSICA
Home II — Dotan

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Capítulo 7
Secretos

Xenia se había levantado temprano aquel día, tal vez había sido causa de su entusiasmo por empezar el día, el nuevo día en aquella academia que parecía prometer demasiado. Habían olvidado cerrar las cortinas por la noche, aunque aquello no había sido ningún accidente, a ambas le gustaba ver las estrellas por la noche y no desaprovecharían aquella hermosa vista.

Ahora tenían una ventana en su habitación.

La muchacha ni siquiera había cambiado su ropa por la noche, lo había olvidado a diferencia de Margo que había caído en el colchón desmayada del cansancio. La academia no solo les dio un lugar donde quedarse, no solo les dio comida, una cama, y unas hermosas duchas, sino que también ropa. Y Xenia quien como Margo no tenía mucho, lo agradecía con todo su corazón.

Se vistió antes de ir a despertar a su compañera de habitación.

Cuando la miró notó que algo andaba mal, Margo no dejaba de dar vueltas y se notaba la frustración y las ganas de llorar en su rostro. Xenia supo que estaba teniendo otra de sus pesadillas, no sabía cual era esta vez... pero la temática más recurrente era el orfanato.

Xenia se acercó a desvelarla, Margo siempre le decía que en aquellas circunstancias sin importar que, la sacara de aquel delirio. La muchacha se arrimó a su mejor amiga y se reclinó hacia ella.

—Margo... —intentó llamarla primero que nada, pero Margo seguía dando vueltas entre las sabanas mientras se quejaba y llamaba el nombre de alguien que Xenia no pudo reconocer—. ¡Margo!

La muchacha no se despertó, sus párpados hicieron presión y le dieron la espalda a Xenia quien esta vez llevó sus manos hacia sus brazos para sacudirla.

—¡Margo! —la apaleó hasta que por fin ella abrió sus ojos molesta.

Margo la miró con aquellos ojos rojos y lagrimosos, parecía volver a la realidad rápidamente como siempre sucedía cada vez que Xenia la despertaba. Margo pestañeo varias veces y observó a su alrededor, la mayoría de las veces le costaba asimilar donde se encontraba, y mucho más ahora que estaban en un lugar completamente nuevo.

Se llevó las manos hacia sus párpados y los frotó molesta.

—¿Qué hora es? —le preguntó con aquella voz ronca dejándose en evidencia del mal sueño.

Margo vio la luz que entraba por la ventana, efectivamente era de día.

—Temprano —le sonrió Xenia mientras se levantaba de su lado y se dirigía a su escritorio donde había acomodado el día anterior todas sus pertenencias—. ¿Qué soñaste?

Margo bufó, odiaba hablar de sus sueños pero por otro lado sabía que Xenia no dejaría de preguntar por ellos porque le interesaban. Mientras la muchacha se reincorporaba de su apoyo, intentaba peinar su enredado cabello hacia atrás.

—Con el desgraciado de Oscar...

Oscar era el dueño del orfanato del que tres años atrás se habían escapado. Aquella había sido una dura etapa en su vida de la que Margo todavía no podía olvidarse, los días y las noches en aquel lugar eran aterradoras y todavía atormentaban la mente de Margo. Sus habilidades en aquel lugar eran casi inútiles, a penas los mantenían vivos con lo poco que les daban de comer, si ella no podía concentrarse, no era capaz de usarlos por lo que defenderse ahí era únicamente para privilegiados.