𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️

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MÚSICA
Wicked Game - Ursine Vulpine

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Capítulo 67
Recuerdos V

▬▬▬▬▬▬ AÑO 1965

—Deylen es un poco... sensible, así que traten de integrarlo al grupo, ¿de acuerdo? —les pidió el director dentro de la clase.

—¿Sensible? —sonrió chistoso Milo desde su cubículo—. ¿Qué, es marica?

Andrew en cuanto lo oyó, rodó sus ojos desde su lugar y continuó arrancándose las uñas con sus propios dedos, aquel era un hábito al que recurría cuando estaba aburrido.

—¡Milo! —Cassia le dio un golpe en su brazo.

—¡AUCH! —se quejó el pelirrojo disgustado.

—Sea cual sea su orientación sexual, Milo —lo llamó el director—, no tienes derecho a insultarlo.

Milo bajó la cabeza hacia su banco y asintió reconociendo su error.

—Lo siento, profesor —murmuró este.

En aquel preciso momento, se abrió la puerta de la clase y por ella todos se concentraron en ver como un chico de su misma edad, cabello negro, ojos azules, y medianamente alto, se abrió pasó sin mirarlos siquiera, como si su atención no fuese digna de ellos.

—Veo que encontraste el aula bastante rápido, Deylen —sonrió el director con amabilidad—. Mira, ellos serán tus compañeros, compartirán clases, actividades extra escolares y habitación.

Deylen se detuvo a mitad de camino y lentamente de costado observó con aquella frialdad a todos los presentes en el aula.

El niño los miró fijamente a cada uno de ellos por separado por lo menos durante diez segundos. Después se volteó de frente revelando aquel cuerpo completo. Tenía unos brazos y piernas delgados, un pequeño cuerpo flacucho, y por encima de su delgado cuello... un rostro tan bello que daba miedo. 

Las chicas no sabían si enamorarse de su apariencia o llorar del terror que este provocaba. Deylen era capaz de crear una sensación inquietante y atrayente al mismo tiempo... algo tan extraño que describirlo con palabras era prácticamente imposible.

Ralph por otro lado frunció el ceño al ver su actitud rebelde. Para él más que un niño bonito, parecía más una hermosa chica de aspecto un tanto varonil.

Deylen con sus manos en sus bolsillos inspeccionó a cada uno de ellos con aquellos profundos ojos azules. De pies a cabeza miró uno por uno deteniéndose en Ralph quien para aquel momento lo observaba con cierta molestia.

Y era muy evidente, para Ralph Deylen era mucho más fuerte de lo que se veía.

—¿Quieres decirles algo? Puedes presentarte si quieres —le dijo Hal animándolo, pero al ver como Deylen se mantenía callado sin intención de abrir la boca, prosiguió—. Estos son Milo, Martha, Cassia, Max, Raquel, Ralph y Andrew...

Andrew alzó su mano y moviendo sus dedos lo saludó desde su banco en el fondo amistoso. En aquel momento no sabía donde se estaba metiendo...

Deylen arrugó levemente la nariz disgustado.

—Todos tienen tu edad, así que no seas tímido —lo incitó el director.

—Yo todavía no cumplo los doce, profesor —alzó la mano Martha.