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MÚSICA
Je te laisserai des mots - Patrick Watson

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Capítulo 43
El miente

—Superdotados con telepatía suelen mostrar signos de telequinesia en ciertos grados. Aunque siempre suelen inclinarse más hacia una de las dos, como llenar un vaso, en tu caso Margo ochenta por ciento telepatía, veinte por ciento telequinesia. Hay muy pocos casos donde desarrollan ambas habilidades por completo, no ha habido un caso así desde hace mucho tiempo, hoy solo conozco a un telepata capaz de doblar cucharas —el director Lancaster daba vueltas por su oficina inquieto—. Lo importante es que tú demostrarte una gran fuerza al desterrar esos árboles que por cierto eran una antigüedad.

Margo sintió el calor en sus mejillas y se sintió muy culpable de repente.

—Lo siento —no solía disculparse con nadie, pero últimamente eso estaba cambiando, la academia la estaba cambiando.

—Lo mejor que podemos hacer ahora es que desarrolles esa habilidad todo lo que puedas antes de que vuelva a desaparecer —Hal Lancaster se detuvo por primera vez desde que Margo había sido citada a su oficina.

—¿Desaparecer? —Margo sintió un vacío repentino en su interior.

—Por desgracia, las habilidades con las que fuimos dotados no son como andar en bicicleta, si uno deja de practicar, la chispa termina por desvanecerse... quizá tengas razón y me precipite al decir que puede desaparecer, pero si es cierto que es algo que se puede olvidar y se apaga casi por completo —hizo una pausa, como si hubiese recordado algo que lo obligó a enmudecer—. No es muy probable que alguien con habilidades como nosotros una vez que las descubra dejé de "usarlas", en realidad se vuelven parte de nosotros, imagino que a ti te es muy común usar la telepatía, como respirar...

Margo sonrió levemente, su sexto sentido.

—Si —asintió de acuerdo con él, era muy difícil contradecirlo, quizá sea por lo evidente que parecía ser el tono que usaba, o lo inteligente que era.

—Aún así hay personas que rechazan su poder —al director de repente le vino la imagen de Deylen y recordó que tenía asuntos pendientes con él.

—No creo que nadie hiciese eso por voluntad propia —negó Margo, no podía imaginarse a alguien rechazando una habilidad sobrenatural.

El director la miró con una sonrisa.

—Quizá la palabra voluntad propia no sea la adecuada, te sorprendería la cantidad de casos que hay de personas como tú y yo que renuncian a sus habilidades —supo entonces que Deylen no se había abierto con ella aún como había pensando, no por completo. Aquello no era asunto suyo, pero sabía que el empujón que les había dado a ambos iba por buen camino, por lo menos ahora no peleaban tanto como los primeros días—. El punto Margo, es que si estás interesada en aumentar la telequinesia tanto como has desarrollado la telepatía, deberás tomar clases aparte de las que ya tienes. Particulares.

Margo sabía a lo que eso refería y no le agradó en lo más mínimo.

—No pienso volver a tener clases con Deylen después de almorzar —negó rotundamente.

—Deylen no será el que te de la practica —le dijo el director, aunque Margo advirtió algo de decepción en su rostro—. Creí que ustedes dos comenzaban a llevarse mejor. 

A Margo aquel comentario la tomó por sorpresa, tanto que incluso sus labios entreabiertos no supieron que responderle en concreto. Simplemente los humedeció y por unos segundos busco la respuesta correcta en su cabeza.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora