𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️

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MÚSICA
It's My Life — The Animals

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Capítulo 5
La puerta

Y mierda que aquel lugar tenía de todo. De verdad parecía Hogwarts, unas gradas que parecían bastante cómodas rodeaban a una bastante amplia cancha de juego bastante diferente a las que Margo conocía de vista porque nunca en su vida había jugado ningún deporte porque a pesar de tener a Xenia, nunca había formado un grupo de amigos como para jugar algún juego completo.

Pero aquel lugar de verdad era impresionante, incluso había un puesto de comentarista y Margo lo supo no porque se lo mostraron, sino porque alcanzó a ver un enorme micrófono y unos cuantos parlantes que rodeaban tanto al campo como las gradas.

Ralph se había apropiado de su mejor amiga, le había robado a la única persona a la que quería de compañía en aquel lugar. Y es que Margo había estado escuchando a Martha, Cassia y Milo hablar durante todo el recorrido por el enorme castillo.

La muchacha había escuchado suficiente sobre aquel lugar como para saber que era un lugar soñado para cualquier persona que se encontrase en situación de calle, o por lo menos en su situación. Comida gratis, habitaciones propias, clases y entrenamiento. Sin embargo, Margo seguía sin creer que todo aquello fuese color de rosa, porque nada podía ser tan bueno sin pagar un precio, o por lo menos ella eso había aprendido a lo largo de toda su vida, nunca había tenido algo gratuito por su cuenta.

—Ven Margo, el juego esta por empezar —Cassia le hacía señas a Margo para que la acompañara a ella y al resto a las gradas para poder ver aquel partido desde una mejor vista.

Pero Margo no pensaba ver aquel partido.

—Es que tengo que ir al baño primero... —señaló por encima de su hombro.

Xenia al escucharla se dio la vuelta al lado de Ralph y sospechó de su mejor amiga, Margo lo supo al recibir aquella mirada que siempre le daba cada vez que se decepcionaba.

—Oh claro, te acompaño —Martha bajó unos escalones para reunirse con ella pero Margo la detuvo a la mitad.

—¿Y perderte el inicio? —le sonrió falsamente—. No... dime dónde está y yo lo busco.

Martha no estaba muy de acuerdo con Margo, ella había visto esos partidos desde mucho tiempo y no le importaba perdérselo por una vez.

—No es problema, veo esto todos los días —Martha hizo un gesto con sus manos y continuó bajando los escalones.

Margo se cansó.

—Insisto —la miró fijamente a los ojos y le ordenó como lo había hecho con Milo.

—Bien, tienes que seguir hasta la entrada y el primer pasillo a la derecha, vas a ver un cartel —le explicó Martha.

Margo asintió con una sonrisa igual o tal vez más falsa que la anterior, pero solo fue Xenia quien realmente notó aquella hipocresía en la expresión del rostro de su amiga. Fue entonces cuando Margo escuchó los pensamientos de Xenia.

¿Qué tramas?

La muchacha la miró y Xenia la observó con seriedad.