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MÚSICA
Hurts Like Hell - Fleurie

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Capítulo 64
Recuerdos II

▬▬▬▬▬▬ AÑO 1819

Nozomi subió a su regazo a Deylen y frente al espejo de su escritorio reflejó al pequeño de cabello, cejas y pestañas de color blanco.

—Tienes que controlarlo Dei Ren —le explicó su madre mientras destapaba las hebillas de metal de un tarro sobre el escritorio frente a él, dentro Deylen vio una especie de crema negra—. No podemos ir caminando por ahí con el pelo así...

—¿Por qué no mamá? —Vannia de nueve años miró a su madre desde la cama con curiosidad.

—Porque esas personas que nos persiguieron antes pueden reconocernos —le explicó mientras comenzaba a pintar el cabello de Deylen con aquel gel negro—. Así que hay que ocultarnos... por eso nos pintamos el cabello.

Deylen vio a través del espejo como su madre mojaba todo su cabello blanco con aquella crema negra humedeciéndolo.

—Pero a mi me gusta mi cabello blanco —murmuró la niña jugando con un oso de peluche.

—Es horrible —dijo Deylen viéndose al espejo, sus cejas y pestañas blancas... realmente las detestaba.

—Oye, no es horrible —su madre se limpió las manos una vez que terminó y le hizo cosquillas haciéndolo reír y destornillarse sobre su regazo—. Sus abuelos también tenían el cabello blanco...

—Si, porque eran ancianos —bromeó Deylen.

No... —Nozomi abrazo a su hijo apoyando su mentón sobre su hombro—... eso es porque eran especiales, y nosotros somos igual de especiales que ellos.

Si fuéramos tan especiales, no nos perseguirían —se quejó el niño.

Nozomi esbozó una sonrisa confundiendo a su hijo al verla en el reflejo de su espejo.

Al contrario Dei Ren... nos persiguen justamente porque somos especiales —besó su mejilla.

El niño bajo la vista sobre la mesa del escritorio.

Vannia dejó de jugar para ver a su madre.

—Mamá, ¿por qué esas personas nos persiguen? —le preguntó la niña con curiosidad.

Nozomi la observó por unos segundos y pensó la mejor manera de hacérselo entender a unos niños.

Pues porque... esas personas creen que nosotros queremos hacerle mal a otras —intentó explicarle—. Son cazadores que se dedican a encerrarnos...

No iba a decirle la palabra "matar" a pesar de ser la verdad. Sus hijos todavía eran muy pequeños para confesarles algo tan crudo y frío como la muerte... mucho menos revelarles que gracias a esas personas, se encontraba cada vez más cerca de ella.

—¿Cazadores? —Vannia frunció el ceño—. ¿Cómo papá?

Deylen la miró por el reflejo del espejo en silencio.

—Claro... pero su padre ya no es un cazador, decidió dejarlo y formar una hermosa familia —sonrió la mujer al ver como este aparecía en el marco de la puerta.

Deylen lo vio y entonces Kayser evitándolo se dirigió hacia Vannia. Esta le sonrió y se levantó encima de la cama.

—Los cazadores son fuertes, ¿no papá? —Vannia comenzó a saltar encima de la cama, los resortes se hacían escuchar.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora