𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️

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MÚSICA
40 Cal - Hairitage, Rico Act

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Capítulo 40
El ataque del bosque II

—¿Qué sucede? —Theo vio cómo Raquel llegaba agotada desde el interior del bosque.

—Es Deylen... —apoyando sus manos sobre sus rodillas trató de recuperarse, no solo por la falta de aire sino por el mareo que aún tenía a causa de aquel salto.

—¿¡Le sucedió algo!? —exclamó Cassia preocupada.

—¡Raquel! —trató de apresurarla Theo.

—¡No! —negó rápidamente—. Es que... había una mujer, es como nosotros por eso pudo pasar la brecha, Deylen cree que trata de abrir un portal aquí dentro.

—¡Un portal! —Milo se estremeció—. ¡Dentro de la academia!

Ralph miró el suelo unos segundos y pensó.

—Si... tiene sentido —volvió a ver al resto—. Si no puede traerlos de fuera, los hará llegar de dentro... si eso sucede... estamos acabados...

—Seres oscuros... —murmuró Martha.

—Y de cualquier grado —añadió Ralph.

Todos recordaron cómo llegaron tanto Margo como Deylen de aquella misión en donde se habían topado desafortunadamente no sólo con aquella misma mujer sino que también con un portal.

Se trataba de algo realmente serio.

—¿Y entonces qué hacemos? —Milo hiperactivo no podía dejar de moverse de un lado al otro, aquello sucedía cuando estaba nervioso.

Ralph miró dentro del bosque por unos segundos. Deylen no estaba con ellos por lo que los chicos ahora mantenían su fé en él, siendo el líder del grupo debía tomar una decisión y lo antes posible.

—Hay que rodear el bos...

Ni siquiera logró terminar su frase para cuando notó algo entre los árboles próximos a ellos.

Ralph vio la figura que trepaba con una afiladas garras que se clavaban en la gruesa corteza. Tenía dos cabezas y estas unos dientes afilados por todo su rostro. Sus piernas parecían las de un mono y sus brazos tan grandes como los de un tronco promedio. De todo su cuerpo emanaba un olor terrible, y de los poros de su piel escamosa se deslizaba un líquido viscoso y pegajoso que se derramaba sobre el suelo.

Milo de repente sintió una gota caer sobre su hombro. Asqueado llevó su mano hacia esta y sus dedos tocaron aquel líquido, lo reconoció enseguida.

Corrió al otro extremo sin apartar la vista de allá arriba, por culpa de la oscuridad no podía ver muy bien, pero si lograba distinguirlo.

Sin duda se trataba de un grado especial y eso no era nada bueno.

—Ralph... —murmuró temblorosamente Martha quien nerviosa no podía dejar de cambiar el color de su cabello.

—Somos cinco, no es la primera vez que nos enfrentamos a un clase especial —trató de tranquilizarlos—. No pierdan la cabeza y todo estará bien.

Ralph repaso rápidamente los grados de cada uno de sus compañeros. Él era un grado uno, Cassia era un grado tres en proceso de promoción a segundo grado, Marta un tres, Raquel un dos, Milo uno y Theo dependiendo de que poder posea en el momento era el grado que se le asignaba.

En aquel instante, Theo apoyo su mano sobre el hombro de Ralph y de él copió su habilidad ahora sobre su cuerpo.

—¿Estás listo? —le preguntó Ralph sabiendo lo que su toque significaba.