21

125 18 10
                                    

MÚSICA
I'm Not In Love — 10cc

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Capítulo 21
Amor

Margo subía las escaleras de la torre de las habitaciones de las chicas, eran pasadas las diez por lo que el toque de queda de cada alumno en sus habitaciones era obligatorio para aquella hora. Sin embargo, creyó que Deylen y ella eran la excepción para esa regla sabiendo que debían entrenar finalizadas las clases normales del día.

El director Hal Lancaster no se lo había dicho explícitamente pero Margo supuso que era algo demasiado obvio como para explicárselo a ambos.

A medida que iba subiendo los escalones hasta su piso en la torre, Margo recordaba el momento en que atravesaba esa pared, el preciso instante en que pasaba por ella como una cortina invisible de agua, esa hermosa sensación de satisfacción, de victoria que le sacaba una sonrisa para variar.

Margo estaba orgullosa de sus logros e incluso Deylen también lo estaba por ella, y entonces volvió a invocar aquel momento entre ambos, algo que claramente se les había salido de las manos por la emoción que llevaba la situación. Pero olvidarse de eso, de ese abrazo, de esa cercanía, de ese roce... sería demasiado difícil y no solo para ella, sino para los dos.

Estaba por llegar a su habitación para cuando vio a alguien más bajar por las mismas escaleras por las que ella ascendía. Y al ver de quien se trataba la sonrisa en sus labios fue borrándose tan rápido como surgió.

—¿Me equivoqué de torre? —le preguntó frenando sus pasos en medio de los escalones impidiéndole el paso.

Él la miró sorprendido y automáticamente una sonrisa nerviosa se formó en sus labios.

—Margo... —se frenó como ella—. No claro que no, ¿por qué lo dices?

—Bueno, supongo que esta era la de los chicos ya que tú estas aquí —se encogió de hombros mostrándole aquella cruel y fría sonrisa suya—. Mira grandulón, yo no soy el mejor ejemplo a seguir pero, ¿no había una regla que decía específicamente que los chicos no podían ir a la torre de las chicas y nosotras no podíamos pisar la suya?

Ralph la miró y suspiró aceptando la verdad.

—Bien, vamos al grano —el nerviosismo en su piel de repente se esfumó—. Se que no te agrado...

—Y yo que pensaba que tenía que decírtelo —bromeó Margo interrumpiéndolo.

—... capto tus directas, se que Xenia es tu mejor amiga...

Margo lo interrumpió.

—Es mi hermana —le dijo con sequedad.

Ralph la miró más serio que nunca. Frunció sus labios y tomó el aire que necesitaba.

—Está bien, pero me gusta, en verdad me gusta...

Margo alzó sus cejas.

—¿Ah si? ¿Y qué esperas? ¿Mi bendición? —frunció el ceño entre molesta y cansada, aquel helado la había dejado algo débil por alguna extraña razón.

Ralph sonrió mientras negaba viendo los escalones bajo sus grandes pies.

—Tal vez... —se encogió de hombros haciéndola reír—. El punto es que no me importa lo que pienses, si te caigo bien o mal eso ya no me incumbe, pero Xenia se ve feliz y por lo menos tú deberías estarlo también por ella.

Margo dejó de reír y volviendo a la seriedad subió un escalón más hacia él.

—Mira... Ralphy —le sonrió con falsedad—. Tú no nos conoces, a penas llevamos una semana en este lugar y dudo que tu amorcito por ella pueda ser tan grande sabiendo tan poco, y créeme, no puedes enamorarte en tan poco, esto no es un cuento niño... es la realidad así que acéptala.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora