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MÚSICA
House of the Rising Sun — The Animals

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Capítulo 4
La Academia Lancaster

Tanto Margo como Xenia ya no veían las calles, ni los edificios, ni las casas, ni nada cerca o familiar a una cuidad. Todo era bosque, arboles y un camino de tierra que llevaba a dios sabe dónde. Fue en aquel momento en que Margo no bajo la guardia en ningún momento, Xenia podía estar feliz y esperanzada por el hecho de creer que llegarían a un lugar de ensueño. Pero los deseos no caían del cielo y mucho menos de la nada a salvar personas, mucho menos a ellas dos.

Margo no se comía aquel cuento de la academia feliz y humilde. Pero era verdad que no tenía otra opción que esperar a llegar, porque a menos que saltara del auto en movimiento, no tenía de otra que quedarse sin siquiera poder usar sus poderes.

Y entonces lo vieron, la vieron... un edificio tan grande que Margo no llegaba a ver su fin dentro de aquel coche. Parecía un castillo, algo moderno, algo rústico, aquel lugar tenía de todo, pero demás era el verde que lo rodeaba, unos campos inmensos en los cuales la muchacha estaba segura que podría perderse.

—Bienvenidas a la Academia Lancaster —Hal admirada como ellas al edificio donde varios estudiantes caminaban fuera dirigiéndose a sus actividades o pasando el tiempo libre.

—Entonces, ¿no es una prisión? —Margo no sabría si aliviarse o asustarse.

—Te dije que sería un lugar bonito —Xenia le dio un empujoncito que molestó un poco a Margo que de igual manera parecía absorta de lo que el lugar le mostraba.

La camioneta negra rodeó la fuente principal de la entrada y se estacionó frente al gran acceso de la academia. Unos anchos escalones llevaban a las enormes puertas que para aquella mañana se encontraban abiertas de par en par y Margo por aquella ventana podía ver el interior del lugar donde vio dos enromes escaleras que seguramente llevaban al segundo piso.

El señor Hal Lancaster bajó de la camioneta y abrió la puerta de Margo quien seguía igual de sorprendida como para darse cuenta que todavía no había bajado del vehículo. Incluso se vio avergonzada de intentarlo aun con el cinturón sujetándola.

Una vez fuera pudo ver el edificio por completo, Xenia a su lado tenía su boca igual de abierta y sus ojos no dejaba de ver cada detalle del enorme lugar.

—¿Qué es esto? —la pregunta iba más para ella misma que para alguien en particular—. ¿La X-Mansion?

Xenia rió y Hal Lancaster se guardó el chiste para mas tarde. Las chicas tomaron sus pertenencias, el señor Lancaster había pasado a buscar a Xenia al departamento para tener aquella charla y ella se había encargado de tomar las cosas de su mejor amiga también, y al ser tan pocas no le tomó mucho tiempo.

—Algo parecido, si —asintió el señor Lancaster mientras ambas llevaban sus bolsas sobre sus hombros, si, todavía usaban las bolsas de plástico como bolsos y es que la pobreza todavía no las abandonaba por completo—. Si me permiten, dejen que les muestre el lugar.

Varios estudiantes saludaban al señor Lancaster quien parecía ser alguien querido en la academia, por algo esta llevaba su nombre.

Margo lo notó, los pensamientos de varios chicos y chicas que se hallaban a su alrededor ahora invadían su mente como una irritante plaga de cucarachas.

Chicas nuevas... hace tiempo no llegaba nadie nuevo.

¿Cuales serán sus habilidades?

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora