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MÚSICA
Feminist Gf - Samantha Margret

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Capítulo 48
Una noticia impactante

Margo todavía dormía, sus ojos cerrados, sus labios sellados y su cabello disperso por aquella almohada. Deylen la observó por unos segundos, él por otro lado ya se había levantado, ahora buscaba su ropa dispersa por toda la habitación.

Andrew no había vuelto en toda la noche. Y aunque eso debería preocuparle a cualquiera, Deylen lo conocía muy bien como para no tener que hacerlo. Podía asumir que a pesar de todo o se encontraba en el salón, o en la enfermería o infiltrado en algún otro cuarto.

Estaba subiéndose los jeans cuando de repente, escuchó como la respiración de Margo comenzó a agitarse.

Sus labios rosados se habían despegado y ahora balbuceaban palabras que Deylen no llegaba a comprender, no porque no las escuchara, sino porque realmente no tenían sentido. Margo comenzó a moverse, sus piernas se agitaban bajo la frazada que habían usurpado de la cama de Andrew y sus brazos... sus brazos buscaban algún refugio.

Margo frunció el ceño, no estaba disgustada, no estaba molesta... parecía asustada.

—No... no, po-por favor —suplicaba mientras rodaba de lado a lado ahora cerrando sus manos en un puño sobre el colchón—. Oscar... yo no. No hice...

Deylen supo que estaba teniendo una pesadilla.

Se acercó a aquella cama rota que cada vez estaba más cerca del suelo. Se arrimó a Margo y esta le pegó una patada en el abdomen que lo obligó a toser con fuerza.

—Maldita sea Margo... —trató de recuperar el aliento.

Mientras ella se revolvía, las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas. Deylen sujetó sus muñecas tratando de impedir que se lastimara a sí misma, entonces trató de zarandearla un poco para que despertara.

—Ey, Margaret —la llamó, pero ella seguía llorando y suplicando que se detuviera, no él, sino aquel tipo al que había llamado Oscar—. ¡Margo!

Deylen soltó sus muñecas y esta vez llevó sus manos a sus hombros y la levantó mientras él se sentaba sobre el espacio libre en aquel colchón. La cama crujió aún más, Deylen no paraba de romper aquella madera.

—Margaret... —la recostó sobre su regazo—... ey, despierta.

Margo dejó de agitarse y precipitadamente abrió sus ojos, tomó aire de golpe y se reincorporó contra su pecho apoyando su cabeza ahora sobre su hombro.

La muchacha tardó unos segundos en comprender que era lo que estaba sucediendo, dónde se encontraba y por qué la luz la invadía de frente por esa ventana.

—Ey... tranquila —Deylen acomodó su cabello despeinado apartándolo de su rostro—. Estabas soñando...

Margo tragó todavía sintiendo el miedo recorrerle el cuerpo entero. Temblaba y no se había dado cuenta hasta el momento. Sus manos se aferraron a la frazada recordando que bajo ella se encontraba desnuda, la arrastró hacia su pecho y se cubrió hasta los hombros como si volviese a ser esa niña indefensa dentro de ese maldito orfanato que tantos traumas había generado en ella.

—Lo siento —sollozó, no pudo evitar mantener su voz firme porque estaba realmente espantada.

—¿Por qué te disculpas? —Deylen quien ahora había descartado su partida a la cocina, ahora se acomodó mejor sobre aquella cama mientras apoyaba su espalda contra la almohada y el respaldo, (si es que a eso podía llamársele respaldo para este punto)—. ¿Qué te asustó tanto?

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora