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MÚSICA
Smalltown Boy — Bronksi Beat

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Capítulo 23
Esta es la noche

—No sé Margo... No estoy segura —Xenia se miraba al espejo mientras lucia uno de los cinco vestidos que ya se había probado desde que habían salido de las duchas esa misma noche.

—Por dios Xen, ponte algo que con cualquier cosa que uses te veras hermosa como siempre —se quejó Margo tirada en su cama que desde temprano ya se había cambiado y terminado de arreglar.

Xenia se volteó a verla con una enorme sonrisa, le gustaba que le dijeran cumplidos aquello la hacía sentir bien a pesar de saber que su belleza era inigualable. Sabía que a Margo no le importaba tanto su apariencia como a ella, pero siempre intentaba que su mejor amiga se pasara a su bando.

Sin embargo, Margo no era una persona fácil de convencer.

—Te quiero, Margo —le dijo esta mientras la veía desde el extremo opuesto de la habitación.

Margo dejó de jugar con sus brazos extendidos hacia el techo y se volteó a verla, también le sonrió.

—Yo también te quiero, Xen... —le guiñó un ojo.

Xenia continuó arreglándose mientras Margo intentaba no dormirse a su espera, le había prometido que la esperaría antes de salir y es que ya pasando las once Margo comenzaba a impacientarse.

No fue hasta y media que Margo arrastró a Xenia fuera del cuarto para dirigirse al lugar. Aquella tarde habían desconectado a Benny el robot, para que no los molestara y alertara a alguien más dentro de la academia. Los profesores los fines de semana solían volver a sus casas para estar con sus familias y el director Hal que raramente abandonaba el edificio, aquella noche no le quedó otra que irse por un asunto que no quiso revelar a nadie.

¿Cómo no iban a aprovechar esa grandiosa oportunidad?

Cualquier problema que tuviesen, siempre estaban Grace y Holly, las enfermeras gemelas que siempre atendían a los alumnos.

—Estoy nerviosa... —le reveló Xenia mientras bajaban por las escaleras de la torre de las habitaciones de chicas.

—¿No me digas? ¿En serio Xen? No tenía idea —bromeó Margo mientras la observaba con una sonrisa.

Xenia le dio un empujoncito que por poco la hace tropezar y caer escalones abajo.

—No es broma Margo —se quejó mientras acomodaba su cabello sujetado en un hermoso peinado.

—Ay basta Xen, tu ya sabes que si necesitas a alguien que te lo saque de encima... —Margo junto su puño pegándolo contra la palma de la otra—... me pegas un grito y problema solucionado.

—¿De qué hablas? —le preguntó disimulando sus mejillas rosadas.

—No te hagas la tonta, de Ralph el demoledor —dijo Margo rodando sus ojos mientras salían de las torres y caminaban por el pasillo que llevaba al enorme living—. ¿Por qué te arreglarías tanto sino?

Xenia no pudo contestar aquello porque la vergüenza la consumía por completo.

Las dos chicas salieron por las puertas que llevaban al jardín, mejor dicho al enorme y casi interminable parque de lo extensos que eran los terrenos de aquella propiedad. Era evidente que la fiesta ya había empezado y por supuesto que no iban a esperar a que Xenia terminase de maquillarse y arreglarse porque sino hubiese comenzado al día siguiente durante el amanecer.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora