Little Secret [l.s]

02

El omega tomó una brocha y comenzó a barnizar el primer pilar de madera, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, sacudió su cabeza volteando en todas las direcciones, sintiéndose observado.

Hoy no se sentía tan animado, se sentía extraño.

Suspiró negando y se alejó un poco observando la pintura fresca. Bufó y comenzó a cerrar los botes de pintura. Tomó las brochas y bajó hasta la planta baja para comenzar a lavarlas.

Limpió a la perfección sus manos y decidió que era buen momento de hacer de comer. Buscó un par de tomates en el refrigerador, los tomó y comenzó a lavar la fruta con delicadeza mientras tarareaba una canción.

Cuando finalizó, tomó una pequeña olla y la llenó hasta la mitad de agua, la colocó en las hornillas y esperó a que se calentara un poco; Cuando lo estuvo, colocó la pequeña fruta en esta y las dejó ahí por unos minutos.

Comenzó a limpiar recogiendo los restos de basura que Matt había dejado la noche anterior. Al parecer a aquel alfa no se le daba muy bien la higiene.

Sintió mucho asco al tener que levantar la comida regada del piso.

Lo único que Harry le pedía era tener la comida lista y la casa limpia antes de que él llegara del trabajo.

El castaño estaba retirando los restos de tabaco de la mesita de centro, cuando observó como alguien pasaba al lado de la ventana. Frunció el ceño comenzando a caminar hasta esta.

—¿Hay alguien ahí? ¿Necesitas ayuda? —Preguntó no obteniendo respuesta.

Suspiró mientras negaba con la cabeza y tiraba de sus finos cabellos castaños. Regresó a la mesa y tomó un plumero pasándolo por el cedro, escuchó un par de ruidos en el ático -el cual por cierto estaba pintando minutos atrás- y dirigió su vista a este.

Una gota extraña cayó desde el piso de este hasta su frente, el omega frunció el ceño al sentir la humedad y llevó dos de sus dedos hasta donde estaba la mancha. Admiró el líquido rojizo y después tembló un poco al reaccionar.

Lo que Louis tenía en la frente era sangre.

—¿Qué mierda? —dijo comenzando a subir las escaleras rápidamente.

La madera del ático rechinaba cada vez más, parecía como si alguien estuviese corriendo y saltando en el último piso de la vieja cabaña.

—Malditos gatos —murmuró desplegando las escaleras para subir al ático.

Louis suspiró terminando de subir las escaleras y gruñó cuando observó el piso totalmente vacío.

—Estás volviendote loco —dijo tallandose el rostro y comenzado a bajar.

Guardó de nuevo las escaleras y su vista de enfocó en los rasguños que comenzaron a marcarse en las paredes de madera, parpadeó lentamente comenzando a acercarse a estos.

—¡No lo hagas, no lo toques! —Susurraron a sus espaldas ocasionando que el omega volteara de forma rápida, pero solo observó las paredes de madera.

—¡Tócalos! ¡Tócalos! —Esta vez susurraron a su lado izquierdo.

—¡No, Louis! —A su lado derecho.

Los sonidos provenientes de la cocina llamaron su atención sacándolo de su ensoñación. Ahora parecía como si alguien estuviese jugando con las tazas de porcelana mientras la ventana golpeteaba a causa del aire.

Un ruido sordo y el sonido de algo rompiéndose en mil pedazos resonó en la vieja casona, Louis pensó que seguramente fue una taza o un plato de porcelana.