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Louis esperó los últimos segundos para que finalmente el nudo llegara a su fin, gimió rodando sus caderas por última vez y se dejó caer exhausto en la cama.

Harry gruñó y se levantó, mojó un trapo con agua tibia y se acercó para comenzar a limpiar a su omega. Este ronroneó y le dió una sonrisa cansada, cuando el alfa terminó, louis se acurrucó contra las mantas e hizo un puchero.

—Mi alfa, tan guapo.

El rizado soltó una risilla colocándose su ropa interior y haciendo lo mismo con su esposo, se sentó junto a su omega y volteó a verlo con curiosidad, este mordió sus labios y se sentó en su regazo.

—¿Cuánto me quieres? —dijo entrelazando sus manos detrás de la nuca del alfa.

—Ummm, demasiado —Se encogió de hombros con una sonrisa y acarició la pancita hinchada de su omega.

Este suspiró recargandose en su pecho y posando la cabeza en su hombro.

—¿Tu...? ¿Tu crees que pronto tengamos un bebé aquí adentro? —Louis murmuró en su oido.

El alfa suspiró tragando saliva.

—Quizás si, espero lo tengamos. —Le sonrió brevemente.

Louis asintió besando el cuello del alfa. Este ronroneó tomando la cintura de su omega y apretandolo a él lo más posible.

—Lou, créeme que me gustaría estar más tiempo contigo pero tengo que ir al trabajo. —Suspiró.

El castaño repitió la acción y rodó hasta estar acostado al lado del alfa, este se levantó y le dió un pequeño beso, comenzó a vestirse en silencio.

—Alfa, ¿Cuando regresaremos a casa? Me gusta estar aquí pero me siento muy solo —Hizo un puchero.

Harry se acercó y tomó el rostro de su omega entre sus manos.

—Louis-...

—No puedo ni hablar con Mary —Gimió.

El alfa suspiró.

—La próxima semana estaremos en casa.

El castaño asintió sin rechistar ni decir nada más. Harry terminó por irse al trabajo y Louis simplemente inspeccionó un poco la casa bajo la mirada curiosa de Mariand.

¿Por qué todo era tan aburrido?

No encontró respuesta así que simplemente se echó a dormir.

Despertó después de algunos minutos, ladeó el rostro al escuchar algunos sollozos y un sonido similar al que emiten las canicas cuando se caen.

Desconcertado se levantó de la cama y salió de su habitación.

—¿Mariand? —Preguntó en voz alta.

Comenzó a avanzar y bajó las escaleras, llegó hasta la sala principal y ladeó el rostro al observar todo vacío. Los muebles parecían nuevos pues la mayoría estaban guardados en cajas y envueltos en plástico.

Frunció el ceño hasta que escuchó la voz de su esposo. Caminó hasta el sonido viendo a su alfa y a Mark platicar frente a una puerta.

—¿Y con eso abrirá?

Mark asintió con una sonrisa.

El alfa tomó dos perlas y las colocó en los huecos que habían en la puerta de cedro, jaló la manija y la puerta se abrió.

Ambos celebraron. Mark cerró la puerta y las dos perlas cayeron en su mano, las dejó en la palma de Harry y este le miró confundido.

—Son las más fuertes, me gustaría que tú las conservaras.

Little Secret [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora