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Louis frunció el ceño cuando escuchó los aullidos hacerse más agudos. Se recargó en la pared y se acurrucó contra esta, observó el reloj.

1:33 AM

Negó poniéndose de pie y comenzó a caminar; las demás omegas lo veían atento mientras susurraban entre si:

—¿Se va? —Escuchó el susurro de una pelirroja.

—Aunque quiera, no puede salir de esto. —Contestó la otra.

—Quizás sea nuevo. —Otra se unió.

Se encogió de hombros mientras caminaba hasta la ventana, escuchó los jadeos de las demás. Antes de llegar a ella, tres betas se interpusieron en su camino.

—Señor Styles, regrese a su actividad.

—Mi... ¿Dónde está mi esposo?

—Jugando con los demás alfas. Están en el patio trasero. —Contestó firme.

—Q-quiero, quiero verlo... Me siento mal.

Y no estaba mintiendo.

Tenía mucho sueño, quería dormir y estaba algo mareado, sentía muchas ganas de vomitar y su corazón latía muy rápido.

—¿Qué sientes? —Cuestionó con una sonrisa cálida.

Pero a Louis le provocó escalofríos.

—Tengo ganas de vomitar y me estoy mareando mucho. —Contestó sosteniendo su cabeza.

La beta asintió.

—Clarissa, llama a tu hermana.

Observó a la pequeña beta pelinegra asentir, salió de la habitación pero regresó segundos después con una omega de cabello blanco y ojos grises.

Louis bufó recargandose de la pared.

—Amelia, ¿Qué pasa? —Se acercó a la beta anciana.

—Necesito que me digas que le pasa a este Omega.

La omega asintió y se acercó de forma cuidadosa, lo olisqueó y se relamió los labios.

—Es un omega puro, le está afectando la luna roja y no quiero imaginar que pasará con el cuando pasen las otras dos.

—¿Algo más? —Alzó la cabeza observandolo

—No. Creo que nadamás.

—¿Está embarazado? Huele muy dulce

La omega volteó a ver la beta, no dijeron nada. Simplemente se observaron fijamente para finalmente suspirar y voltear a ver al castaño con una sonrisa.

—¿Q-qué...? ¿Qué es la luna roja? —Alcanzó a murmurar.

—¿Qué hora son?

La omega observó su reloj de pulso.

—Las dos menos veinte. Ya deberían haber subido los alfas. —Chasqueó la lengua.

Por su parte, la beta solo observó fijamente al castaño con una sonrisa.

—¿Tu esposo ya te dijo que eres un omega muy valioso y no solo por la hermosura? Aunque creo que no quiere tú perla, pero bueno. —Se encogío de hombros.

El castaño no entendía una mierda solo cerró los ojos y limpió el sudor de su frente, sintió un dolor insoportable en la parte de su abdomen bajo que lo hizo retorcerse.

—Llamen... Llamen a mi alfa, por favor. —Gimió abriendo sus piernas y comenzando a pasar su mano por vientre para tratar de aliviar el dolor.

La puerta se abrió de forma brusca, Mark entró por esta muy enojado y detrás de él venía un furioso Harry.

Little Secret [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora