Little Secret [l.s]

Final

Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas que podrían herir la sensibilidad de sus lectores. Así también podría conllevar efectos secundarios, se recomienda discreción.

Louis despertó cuando sintió un pequeño temblor, se sentó en la cama con confusión y analizó su casa. Gruñó para sí mismo saliendo de la habitación y bajando rápidamente las escaleras. 

—¿Harry? 

Cuando no obtuvo respuesta se acercó a la puerta y giró la perilla. Gruñó cuando vió que la chapa había sido cambiada y estaba cerrada por fuera. 

—No, no, no, no. —Gruñó acercándose a las ventanas y tratando de abrirlas pero obtuvo el mismo resultado. 

Subió al segundo piso e intentó con la ventana de su habitación pero fue inútil.

Gruñó para sí mismo tomando una pequeña mochila negra, guardó sus cosas importantes como documentos personales -los cuáles Harry tenía guardados con llave en su armario pero de alguna forma pudo abrirlo-. 

Tragó saliva tomando la piedra que Mary le había dado y la guardo en el bolsillo de su pantalón negro. 

No sabía lo que haría pero estaba seguro que hoy por fin sería libre y saldría de esa casa. 

Dejó su pequeña maleta en un lugar seguro y bajó hasta el primer piso, tiró el cajón de las llaves y comenzó a buscar la del sótano con desesperación. 

Escuchó un ruido afuera y se apartó observando el reloj. 

Guardó todo rápidamente y limpió el sudor de su rostro para aproximarse a las ventanas. Gimió cuando escuchó el sonido de unas llaves y después la puerta fue abierta suavemente. 

Harry entró con el ceño fruncido y varias bolsas en sus manos, su expresión cambió a una de sorpresa cuando encontró sus ojos con los del Omega. 

—Lou, despertaste. —Sonrió. 

—No te sentí en la cama —Ronroneó coqueto acercándose a su esposo. 

—Solo vine a dejar esto, hoy es la cena con mis amigos y quiero que todo esté listo. —Dejó las bolsas en la mesa. 

—Cambiaste la chapa —mencionó con simpleza. 

—Si, la anterior se rompió. —Desvió la vista.

—¿Y por qué no tengo llave? —Frunció el ceño. 

—Por que el paquete solo traía una, te daré la tuya en unos días aunque no la vas a ocupar. 

Louis solo bufó. 

—¿A qué hora vienen? —Cambió el tema de conversación.

—A las 10 —Suspiró con una sonrisa —. No seremos muchos, solo 26 personas contándonos a nosotros. 

—Bien...

—Tengo que regresar al trabajo. —Se despidió rápidamente y salió de la casa volviendo a cerrar con seguro. 

Louis bufó dejándose caer en el suelo y apoyando su espalda en la pared, tiró de sus cabellos y cuando no escuchó más ruido se levantó y siguió buscando la llave. 

La encontró, abrió la puerta del sótano y bajó, abrió los candados y se adentró en el cuarto de su esposo. Encendió la luz y comenzó a buscar entre las carpetas y papeles que habían ahí. 

Gruñó para sí mismo cuando las luces se apagaron, Louis bufó volviendo a encenderlas y continuó buscando. 

Tomó algunas carpetas de cuero con "libertad" escrito en letras cursivas en color dorado. Las dejó en una mesa aparte para continuar buscando entre los papeles y las hojas llenas de polvo.