Little Secret [l.s]

11²

Louis sonrió abrazándose al pecho desnudo de su alfa, ambos esperando que el nudo terminara. Sintió a Harry dejar un pequeño y húmedo beso en su hombro desnudo, Louis ronroneó cuando el alfa lo apretó más contra él.

—Te amo. —Murmuró el ojiverde.

—Yo más. —Se sonrojó.

Harry últimamente se había vuelto muy cariñoso cuando la nube post orgásmica llegaba a ellos.

—No lo creo, yo te amo mucho más. —Jugeteó.

—¡No! Yo te amo más y lo sabes.

Harry dió un pequeño ruido de afirmación antes de comenzar a besar el cuello de Louis.

—Mi omega, tenerte es lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Estas muy romántico. —Soltó una risilla.

—Solo cuándo se trata de tí. —Propinó un pequeño beso en su hombro.

—Harry...

—Hummm

—¿P-por qué...? —Suspiró —, ¿Por qué no me marcas?

Harry suspiró tensandose levemente.

—Lou, no puedo hacerlo por mi trabajo, no quiero que mis emociones te afecten. —Gruñó —. Quizás lo haga cuando tengamos un cachorro, ya sabes, para fortalecer el lazo padre e hijo.

Louis suspiró sintiendo el nudo comenzar a deshincharse dentro de él, dándole más libertad en sus movimientos.

—¿Por qué tanta urgencia en tener cachorros? Antes me decías que cuando yo quisiese hacerlo lo tendríamos.

—¿No quieres tenerlo? —Alzó una ceja.

—Por supuesto que quiero darte hijos... sólo siento que estamos haciendo las cosas muy rápidas.

—Lou, ya te lo expliqué. Quiero tener hijos porque mi trabajo es arriesgado, no quiero irme de este mundo sin tener un cachorro con el omega que más quiero en este mundo.

El castaño suspiró sintiendo un vacío en el estómago.

—Lo volveremos a intentar, ¿Está bien?

El alfa asintió besando su cuello y comenzando a mover sus caderas en un ritmo suave y lento.

—Lou, eres el mejor omega que he tenido.

Louis sonrió, amaba tanto a su alfa.

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Despertó cuando los rayos del sol comenzaron a pegar en su cuerpo. Se removió y sintió al alfa apretar su cintura y gruñir un poco.

Sonrió peinando los rizos desordenados de Harry y dejando un pequeño beso en su cabecita.

—No, mío. —dijo ronco cuando sintió a Louis tratar de ponerse de pie.

—Iré a hacer el desayuno, amor. —Murmuró poniéndose de pie.

El alfa asintió sin rechistar y terminó abrazándose a la almohada del omega, el cual, por cierto, sentía una punzada en la cadera cada vez que caminaba.

Vamos.

No era por presumir, pero había pasado toda la noche gritando el nombre de su alfa y rogando por más, ¿Y quién era Harry para negarle algo a su omega?