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—Tenemos que hablar. —Harry entró a la habitación y comenzó a quitarse el saco.

Ha pasado una semana desde que Louis contó las perlas de su collar, desde esa vez algo en su pecho ha estado intranquilo.

Desde ese día no ha permitido que Harry tenga el más mínimo roce con su cuerpo, no ha salido de su habitación y cierra la puerta con seguro para evitar que su esposo entre.

Se siente mal por eso pero todo está más extraño que hace unos días.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó sin desviar la vista de los Rosales.

Podía verlos a través de su ventana.

—Louis, todos estos días he respetado tu privacidad, pero de verdad, necesito saber que está pasando contigo. —Reclamó.

—Nada...

—Nada —Rió un poco —¡Llevas una maldita semana evitando todo, evitandome! No he podido tocarte desde hace días pero no me importa, lo único que quiero saber es que te pasa, no puedo estar tranquilo.

Louis solo suspiró y se encogió de hombros.

El alfa cerró la puerta con seguro y se aproximó hasta su omega, tomó su bonito rostro entre sus manos y suspiró viendo los ojos de su amado esposo.

Besó sus labios cortamente y lo guió hasta la cama.

—Lou, quiero que hablemos normal, que me digas lo que te pasa.

El castaño asintió y señaló el collar del alfa, este frunció el ceño observandolo y señaló el objeto. Louis asintió  suavemente.

El alfa retiró el collar y lo pasó por el cuello de su esposo con delicadeza.

Louis entrecerró los ojos al ver cómo los orbes de su esposo tomaban una tonalidad más suave, más cálida, más amable y por ende más cariñosa.

—Siento que estoy viviendo una pesadilla. —Murmuró jugueteando con el collar.

—¿Una pesadilla? —Frunció el ceño y ladeó la cabeza como un pequeño cachorrito.

—No lo sé... Todo esto —Tomó aire —. Según tú este lugar es seguro y... Lily está muerta, no sé que pudo haber pasado. —Murmuró quitando el collar pues su cabeza estaba doliendo.

El alfa asintió colocándolo en su cuello.

—Aqui es seguro, mi vida. El silencio indica seguridad.

El castaño negó y cerró los ojos durante algunos segundos.

—Harry-...

El alfa negó y se puso de pie.

—Cámbiate, mis amigos vinieron a cenar y no quiero que te vean así —Lo señaló —. Te espero abajo.

Le aventó la pulsera que le había comprado y Louis asumió que debía ponérsela.

El alfa salió de la habitación y Louis suspiró rendido comenzando a cambiarse de ropa.

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Sonrió en dirección a los demás alfas, sus caras se le hacían conocidas pero no recordaba de dónde. Se sentó junto a su alfa y analizó la mesa.

13 alfas estaban sentados, todos en trajes azules o negros.

Conversaban animadamente sobre cosas que Louis no entendía, sus omegas estaban sentados a sus lados con vestidos coloridos y la cabeza gacha.

Little Secret [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora