Little Secret [l.s]

08

Louis gruñó cuando el sol pegó de lleno en su rostro.

Ronroneó mientras se abrazaba al pecho de su alfa, escondió su rostro entre las mantas y gruñó cuando Harry lo apretó a su cuerpo.

—Omega —Susurró con la voz ronca.

—Hum...

—Es tarde, tenemos que levantarnos. —Sintió como Harry dejaba un beso en su cabecita.

—No aún, quiero estar contigo. —Trató de abrazarse aún más a su alfa.

Harry suspiró mientras apartaba un poco al omega, talló su rostro y se levantó de cama.

—Tengo que ir a la oficina. —dijo mientras se ponía su ropa interior.

—¿Para qué? —Frunció el ceño mientras levantaba la cabeza de la almohada, tapó su cuerpo con las finas mantas.

—He faltado por casi 3 semanas —Rodó los ojos sutilmente —, y nuestro celo está por llegar. Probablemente lo tengamos en una semana pero quiero asegurarme que todo el papeleo este correcto.

Louis asintió mientras tallaba sus ojos con su puñito.

—Ire a hacer el desayuno. —Hizo ademán de levantarse de la cómoda cama.

—Omega, quédate aqui —Lo detuvo suavemente.

—Alfa, no me gusta que salgas de casa sin desayunar. —Rodó los ojos mientras se ponía la playera de dormir de su alfa.

—Lou, yo también puedo hacer el desayuno. —Reprochó — Además tomaré una ducha y estás cansado. Quédate aquí un poco más. 

Louis asintió dando una sonrisa floja y de nuevo se acostó enterrando la nariz en la almohada de su alfa. Harry sonrió entrando al baño, comenzó una breve ducha mientras pensaba en lo próximo que harían.

Su omega le había dicho que quería un hijo pero aún tenían que planear la llegada de ese bebé con extrema precaución. Querían que su pequeño bebé tuviese lo mejor, la mejor familia, los mejores padres, etcétera.

Gruñó mientras la lluvia artificial caía por sus músculos, escuchó como la puerta del baño era tocada y después se abrió de forma sutil. La madera del cuarto de baño rechino marcando los pasos cada que este avanzaba.

—¿Lou? —Frunció el ceño limpiando su rostro, gruñó cuando una gota de shampoo resbaló y entró a su ojo. —¿Louis? ¿Estás ahí?

Harry frunció el ceño al no recibir respuesta, talló sus ojos y sacó la mano para obtener la toalla que sabía siempre estaba colgada afuera de la ducha.

No encontró nada más que el simple tubo de metal vació. Gruñó.

—¿Louis? —Preguntó en voz alta.

Rápidamente escuchó pasos en la habitación cojunta, después escuchó 6 suaves toques -que eran los que acostumbraba a dar su omega al tocar una puerta para anunciar su presencia- para finalmente escuchar la puerta rechinar.

—Alfa, ¿Necesitas algo?

—No hay toalla —dijo.