Little Secret [l.s]

06

Habían pasado 5 días desde que Harry estaba trabajando desde casa.

Louis aún no sabía porque el alfa no había regresado a la oficina si él ya estaba bien. No es que no le gustara la idea de tener al alfa en casa, simplemente ya no estaba tan acostumbrado a despertar con él a su lado.

Gruñó tomando la bandeja de comida y comenzó a caminar hasta la biblioteca, escuchó el sonido de la máquina de escribir y tocó suavemente, no escuchó nada así que decidió entrar.

El alfa estaba sentado en su escritorio de cedro, sus manos se movían ágilmente por la máquina, un rizo caía de forma descuidada por su frente y los lentes de lectura se apoyaban descaradamente en su perfilada nariz.

Louis suspiró observando a su esposo.

Estaba tan enamorado.

—¿Necesitas algo? —Alzó una ceja sin dejar de escribir.

—Pensé que tal vez tendrías algo de hambre. Te he traído algo y quizás podamos cenar juntos — Caminó al escritorio y observó como alfa suspiraba.

Dejó la charola llena de platos de comida en el escritorio y caminó detrás del rizado, posó sus manos en los anchos hombros y comenzó a masajearlos con delicadeza.

—Mi alfa, tan trabajador —Besó su mandíbula y las mariposas en su estómago se hicieron presentes cuando Harry ronroneó.

—Mi omega, ven aquí —Separó un poco su silla y palmeó su regazo.

El castaño sonrió y se acomodó en las piernas de su alfa, este le abrazó por la cintura y se enterró en su cuello.

—Mió —Gruñó comenzando a dejar pequeños besos y apretó sus muslos.

Louis se removió incómodo.

—N-no, para. Detente, ahora no. —dijo algo avergonzado.

El alfa asintió separándose de su omega.

—Lo siento, amor —Se disculpó al notar la incomodidad de su esposo.

El ojiazul suspiró y tomó un plato de Lasagna.

—Come, hice tu favorita —Le dió una cucharada.

Harry sonrió comiendo, Louis siguió alternando una cucharada él y otra entre su alfa. Terminaron de comer minutos después.

El castaño tomó la bandeja entre sus manos y se puso de pie.

—Te veré más tarde amor, aún tengo cosas que hacer —La boca del alfa estaba un poco machada de salsa así que decidió limpiarlo con delicadeza.

—Te amo —Sonrió.

—Yo más —Mostró sus hoyuelos y sus ojos brillaron, enamorado — ¿Puedes cerrar la puerta cuando salgas, por favor?

Louis asintió saliendo y cerrando la puerta con delicadeza. Caminó hasta la cocina y comenzó a lavar los trates sucios. Secó sus manos y la puerta fue tocada de forma brusca.

Frunció el ceño observando la hora.

10:00 PM

No solían recibir visitas tan tarde.

Bueno... En realidad no solían recibir visitas.

—Yo abro —Pronunció aproximandose a la puerta, se aseguró de hablar lo suficientemente fuerte para que su esposo oyera su voz.

Tomó la perrilla y le dió la vuelta abriendo la pieza de madera, observó a una mujer del otro lado de la puerta.
Está lo veía con el ceño fruncido y una mueca de confusión.