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Frunció el ceño despertando, no sabía porque se había dormido ni por cuántas horas lo había hecho. Solo sabía que estaba platicando con su amado y cariñoso esposo cuando sintió muchas ganas de dormir.

Lo único que sabía era que se había acurrucado contra su pecho, quizás el ritmo cardíaco del alfa lo arrulló y terminó cediendo al cansancio.

Tanteó el lado contrario de la cama sintiéndolo vacío, bostezó y se sentó en la cama, refrescó su rostro y gruñó poniéndose de pie.

Fue al baño, evitó mirarse al espejo mientras se lavaba la cara y dientes, se dió una ducha rápida, se cambió y salió de la habitación.

Optó por vestir pants y sudadera, unos calcetines y unas chanclas. Observó la ventana y vió como algunos oficiales seguían buscando evidencias.

No sabía el porque la casa de Mark seguía siendo habitada, no sabía mucho del trabajo de su esposo pero estaba seguro que quizás la casa tendría que ser deshabitada temporalmente para obtener mejores resultados en la búsqueda.

Se apartó dando un bostezo, estiró sus músculos a mitad del pasillo y se dispuso a bajar las escaleras. Frunció el ceño al percibir la casa muy silenciosa, como si nadie estuviese adentro.

—¿Hay alguien aquí? —Su voz hizo eco.

Frunció el ceño y estuvo apunto de dar el primer paso hasta que sintió unas manos posarse en su espalda y empujarlo.

Louis gimió mientras caía por las escaleras, afortunadamente logró sostenerse del barandal lo cuál impidió que su cuerpo no continuara cayendo.

Su caída no fue tan grave como pensó, gimió sobando su cuerpo y se puso de pie rápidamente.

No se había lastimado nada y ni había perdido la conciencia, le resultó extraño pero no mencionó nada al respecto.

—Mierda. —Murmuró para si mismo sintiendo como salia sangre de su nariz.

Observó el lugar desde donde había caído y pudo ver una sombra. Ladeó la cabeza y comenzó a subir las escaleras.

—¿Quién eres? ¿Qué quieres? —Gruñó siguiendo el sonido de los tacones rebotar contra el suelo.

Cojeó hasta llegar a la planta más alta, siguió el sonido y llegó al pasillo, observó como la puerta de la habitación al fondo se cerraba rápidamente.

Siguió observando los focos y como estos parpadeaban a su paso, los ignoró y continuó con el trayecto.

Colocó la mano en la perilla y la giró con delicadeza, abrió la puerta y se metió, se percató que era una biblioteca, escaneó rápidamente el cuarto con la mirada y gruñó.

Vacía.

La habitación estaba vacía.

—¿Hay alguien? —Preguntó recorriendo la habitación.

Los tablones de madera rechinaron bajo sus pasos, continuó rodeando la habitación hasta llegar al escritorio, recolectó un poco de polvo con su dedo y jaló la silla para sentarse.

Examinó el escritorio y gimió al sentir una punzada en su cabeza, no pudo ni tocarse la cabeza cuando una nueva gota de sangre ya estaba bajando por su nariz.

Frunció el ceño limpiandola con su dedo, mezcló el fluido con dos de sus dedos y admiró el rojo vivo.

Se limpió en su sudadera y se puso de pie, recorrió los estantes llenos de libros, estos estaban polvosos así que las manos del omega se ensuciaron rápidamente.

Little Secret [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora