Capítulo 49: Pequeños fragmentos.

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Geneviève

El ambiente en casa estaba sumamente tenso y extraño, por un lado estaba mi madre, con rostro melancólico y silenciosa, y por el otro estaba mi mamá, bastante dispersa y conversadora.

Cada una de mis hermanas se encontraba encerrada es su habitación, todas separadas, pude notar a raíz de eso que cada una necesita su espacio hoy, cosa que para mí es muy razonable.

Cuando llegamos Ella quiso quedarse en la cocina para ayudar a Joanne con el almuerzo y platicar, mientras que yo salía hacia la terraza buscando un poco de aire, tantas emociones me tenían sumamente agobiada y ahogada.

Al estar fuera respiro profundamente el aire frío y me relajo con esta acción, se siente tanta paz aquí, cierro mis ojos y me dejo ir unos en segundos en la sensación, eso hasta que un carraspeo detrás mío me hizo sobresaltar y maldecir. 

-¡Carajo! -Exclamo para luego cubrir mi boca con vergüenza por haberme asustado tanto, Maxine detrás mío ríe levemente. -Max, ¿Qué diablos haces aquí congelándote?

-Estaba buscando un poco de tranquilidad, hoy es un poco difícil encontrarla. -Responde con simpleza encogiéndose de hombros, veo lo que tiene en sus manos y reconozco un viejo álbum de fotos entre ellas. -Además, quería ver esto yo sola.

-Entiendo, yo.. volveré con Ella, no quiero molestarte. -Digo con rapidez acercándome de vuelta a la puerta.

-No.. quédate, no me molestas. -Dice frenándome con su mano en mi muñeca suavemente. -Ven a verlas conmigo, son muchas.

En ese momento me trago mis ganas de llorar y asiento con lentitud caminando hacia ella.

-Oh.. hace mucho que no ojeaba este álbum, es uno de los más grandes que tenemos. -Comento sentándome junto a ella y observando las fotografías página tras página.

-Me gusta esa. -Dice señalando una en la que estamos Lu y yo de bebés, debe ser nuestro primer cumpleaños ya que estábamos muy pequeños, en la foto yo estoy mirando a mi hermano impactada mientras él sopla las velitas del pastel, tenía los ojos cerrados y la boquita hecha un puchero, una completa ternura. -Eran demasiado adorables.

-Si, lo éramos. -Contesto enternecida pasando mis dedos superficialmente por la foto. -Pareciera que ha pasado tanto tiempo desde aquellos momentos.

-No es así, siento que hasta lo recuerdo y ni siquiera estaba ahí aún. -Asegura al admirarla detalladamente. -Oww, mira, el pequeño Lu era todo un modelo. -Dice señalando una foto donde este debe haber tenido unos tres años, está posando con ambas manos en su cintura, a la vez que luce un vestido celeste que seguramente era mío y unas gafas de sol de mamá, lo gracioso es que en la imagen parece estar reclamando algo. -Con mucha personalidad.

-Definitivamente la personalidad jamás fue un problema para él. -Digo negando con lentitud. -Mira nada más, ahí estás tú Max.

-¿Dónde? -Responde viendo con detalle la foto.

-En la panza de mamá boba. -Comento señalando el abultado vientre de mamá en la fotografía, ese día debió ser su baby shower ya que todo estaba plagado de rosa y en la imagen solo están nuestra madre y mamá sonriendo a la cámara con coronas de princesa. -¿Sabías que yo elegí tu nombre? Claro, mamá descartó la idea de llamarte jalea de fresa y ramita, pero Maxine le pareció una excelente opción.

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