Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)

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—Jihwan, vuelve a la habitación por favor hijo. Subiré enseguida. —Yoongi esperó hasta que su pequeño estuviera lejos de la sala y miró a Hoseok. —Gracias por venir hasta acá, no era necesario. 

—Siento importunar, pero supuse que si salías de la ciudad la podías necesitar. 

Yoongi tomó su billetera de cuero negra y la guardó en el bolsillo de su pantalón, ni siquiera se había dado cuenta que no tenía la maldita cosa al salir esa mañana del departamento de Hoseok. Y aunque agradecía el gesto, Yoongi se sentía expuesto, sobre todo después de que Hoseok prácticamente dijera que se habían acostado la noche anterior. 

—Gracias. —Fue lo único que salió de su boca y es que también sus pensamientos estaban en la persona que había salido por la puerta. 

—Creo que mejor me voy, solo venía a esto. Me quedo más tranquilo ahora. —Ambos caminaron hasta la puerta y cuando Yoongi la abrió Hoseok lo detuvo. —Pareces molesto. 

—No lo estoy. 

El hombre a su lado resopló pero no volvió a decir nada más y Yoongi estaba completamente aliviado por eso. 

—Ten un buen regreso. 

—Gracias. —Hoseok lo miró una última vez antes de tomar el sendero hasta el puente que dividía el hotel del área de cabañas. 

Yoongi miró hacia un costado, luego al otro buscando a Seokjin, a pesar de la incomodidad de la visita inesperada había algo en lo que no podía dejar de pensar. 

Dio un paso fuera pero se detuvo, miró una última vez alrededor de la cabaña y como no encontró al guapo rubio él volvió a la cabaña y cerró la puerta. Y ahora sí, mientras se apoyaba en la dura superficie él cerró sus ojos y se llevó los dedos hasta sus labios. 

Disfrutó del recuerdo y sonrió incrédulo. Seokjin lo había besado y no había necesitado estar ebrio como le dijo la primera vez que se vieron. 

La sonrisa de Yoongi se fue desvaneciendo poco a poco hasta que solo la preocupación se hizo presente. ¿Por qué Seokjin lo había besado? ¿Se sentía atraído también? 

Yoongi negó con su cabeza, no se haría ilusiones falsas, él era un hombre racional y Seokjin no le había demostrado un interés real, un beso era solo eso. Lo mejor sería echarle la culpa a la buena química que tenían cuando estaban juntos. Si, eso era mejor que escuchar a su corazón. 

Saliendo un poco de sus confusos pensamientos Yoongi dejó la puerta, caminó unos cuantos pasos y como estaba todo en silencio decidió poner un poco de música. Algo suave para calmar los erráticos latidos de su corazón. 

Con la música puesta subió a ver a sus hijos, no se sorprendió al ver a Eunho dormir calmadamente mientras Jihwan jugaba con un lote de cartas. 

—Mira papi, voy a hacer una torre. 

Yoongi sonrió y entró en el dormitorio, se sentó en la cama en donde Jihwan tenía un montón de cartas desordenadas y acarició su cabello negro con cuidado. 

—¿No prefieres hacer eso en la mesa del comedor? 

—Bueno. 

Juntos recolectaron todas las cartas y bajaron la escalera, Yoongi dejó su lote sobre la mesa y aunque trató de concentrarse en ayudar a Jihwan a armar su torre falló completamente. Cada cinco segundos miraba la bendita puerta por si Seokjin volvía. 

—¿Quieres comer algo? Traje las galletas que les gustan y varias cosas más. 

—No papi, esa era mucha comida al almuerzo.