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💔

Cada rincón le recordaba a él. Cada pieza de decoración le recordaba a Jimin lo que se había destruido. Lo que ya no iba a poder recuperar nunca más. 

Antes, cuando las cosas estaban bien, él no dudaba en hablar con orgullo de la vida que habían construido junto a Taehyung. Incluso en los tiempos malos él tenía una sonrisa para su pareja, incluso en esos momentos él lo había amado con locura. 

Y por eso era tan doloroso sentir que parte de su vida, parte de él mismo se había ido para siempre con el hombre que lo había abandonado. 

—Papi —Do lo miró desde la puerta de su habitación. 

Jimin limpió rápidamente las lágrimas de su rostro y se levantó de la cama, se acercó a su pequeño y acarició su rostro con ternura. 

—¿Que pasó? 

—¿Dónde está papá? 

Mordiendo su labio Jimin tomó una respiración, ambos habían acordado conversar sobre el quiebre con los niños, pero Taehyung había resultado ser un maldito cobarde ya que no había aparecido en una semana rompiendo la promesa de estar cerca de sus hijos en todo momento. 

Solo había pasado una semana que para Jimin habían significado los peores de su vida lidiando con sus mellizos, su trabajo en la escuela y los quehaceres de la casa. 

Estaba exhausto y deprimido. 

—¿Dónde está Noa? 

—Viendo televisión. 

—Está bien, ¿Quieren ir a algún sitio? Quizá podríamos ir al centro comercial. 

Do lo miró con sus ojos color miel y Jimin comenzó a sentirse un tanto nervioso frente a su hijo. Do era el mayor de los mellizos por minutos, pero era por lejos el más perceptivo. También tenía un gran sentido de la responsabilidad  para su edad y que Jimin no tenía idea de dónde lo había sacado.

—No quiero salir.

—Haré algo para comer en ese caso, podemos ver alguna película. 

—Tus ojos están brillantes, papi. 

Jimin desvió la mirada hacia el pasillo y salió de la habitación siendo seguido por su hijo. —Estoy un poco cansado —dijo mientras se metía a la cocina, eran cerca de las seis de la tarde del día sábado y a pesar de que tenía un alto de guías por revisar, decidió dejar eso para la noche, quizá se tomaría una cerveza luego de que sus hijos estuvieran acostados. 

—¿Podemos invitar a Eunho? Papá dijo que debíamos preguntarte.  

—¿Cuando dijo eso?

—El otro día, cuando nos fue a buscar al colegio. 

—Si invitan a Eunho también debe venir Jihwan. 

Do se encogió de hombros —está bien, lo único malo que llora mucho.

—Tiene 5 años, por supuesto que llora mucho. Además ustedes suelen molestarlo. 

—Es un bebé —Do se rio —me gusta cuando hace enojar a Eunho. 

—Traten de no hacer eso, tienen que llevarse bien —Su hijo asintió enérgicamente y el rubio acarició sus cabellos que eran del mismo color que él tenía. —Voy a llamar a Yoongi. 

Do salió corriendo de la cocina seguramente para contarle a su mellizo que sus primos irían esa tarde. Y antes de que Jimin buscara su teléfono el timbre de la casa comenzó a sonar haciendo que se dirigiera hasta la ventana. 

Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora