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—Mi hermano es policía. 

Yoongi terminó su segunda copa de vino y la dejó sobre la mesa de centro, se acomodó nuevamente en el sofá que para su sorpresa era bastante confortable y miró al hombre a su izquierda. 

—¿Es mayor que tú? 

—No, es menor. Vive a tres puertas de aquí. 

El azabache asintió, llevaban por lo menos una hora en lo mismo, Seokjin hablaba de algo, Yoongi le contestaba y se acababa el tema. 

Era una mierda porque antes había estado todo bien, pero bastó que Seokjin se acercara un poco a él para que toda la comodidad se fuera lejos y ahora estuvieran separados el uno del otro. 

Yoongi quitó su mirada del dueño de casa y es que le costaba demasiado no hacerlo. Quería todo el tiempo observarlo, ver las arrugas que se formaban en sus ojos cuando sonreía, como su cabello rubio se movía cuando Seokjin se reía a carcajadas o simplemente mirarlo porque sí. 

Pero eso sería extraño y pondría nervioso a Seokjin aún si él mismo le había puesto los pelos de punta en la cocina. Yoongi no tenía idea de lo que pasaba por la cabeza del rubio cuando se acercó tanto a él y hubiese pagado por saberlo porque Yoongi en algún momento llegó a pensar que Seokjin quería besarlo. 

—¿Te sirvo más? 

Yoongi negó con su cabeza —no, creo que debería volver a casa. Mañana nos debemos levantar temprano. 

—Cierto, ¿A qué hora voy? 

—Prefiero pasar por ti, me gusta salir a la hora. 

Seokjin se rio y Yoongi decidió mirarlo. Y quizá no debería haberlo hecho. Seokjin se veía tan malditamente hermoso cuando reía que al corazón de Yoongi no le importaba si el tipo era un imposible, de todas formas latía a mil por hora cada vez que lo miraba. 

—Yo también puedo ser puntual. 

—Puede ser pero prefiero no arriesgarme, además quiero que los niños aprovechen el día, ya que debemos volver a la noche. 

—Cierto, tu niño grande tiene un partido. 

—Si y es importante, así que es una buena excusa para volver —Yoongi mordió su labio —pero cumpliré con lo que acordamos. 

—¿Lo que acordamos?

—El pago. Dijimos que sería por todo el fin de semana ¿No? 

—Oh eso. 

Seokjin de un segundo a otro arrugó su ceño y se veía más serio que minutos antes. Yoongi desvió la mirada, era el trato que habían hecho, se habían conocido gracias al anuncio y debían ceñirse a este. Aún si se juntaban sin razón aparente, sin nadie cerca para fingir. 

Y Yoongi quería decir que no le importaba las implicaciones de verse por verse. Juntarse porque se sentían cómodos el uno con el otro, pero no se mentía a sí mismo. Seokjin le gustaba de todas las maneras posibles pero estaba realmente jodido, él jamás lo miraría de esa manera. 

Silencio otra vez y Yoongi decidió que era momento de retirarse. Se puso de pie y Seokjin también lo hizo. 

—¿Ya te vas?

—Si. Todavía no es muy tarde, alcanzo a ver una serie que estoy siguiendo.

—¿Si? ¿Cuál es?

—Es sobre un chico que es algo así como el dueño de una compañía de seguridad que resguarda a prostitutas, es bastante interesante. 

—Suena bien. 

Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora