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Jimin ató la última bolsa de basura que le quedaba y salió por su puerta trasera para luego dejarla dentro del depósito. La noche anterior había dejado que Taehyung durmiera en su casa pero estaba contando las horas para que se despertara y hablar con él.

Volviendo a la cocina buscó un plato y dos tazones, los mellizos despertarían pronto y odió ser el único que no había podido descansar pero la sola presencia de Taehyung en su casa lo tenía inquieto y molesto.

Pasos le hicieron girar su cabeza y sonrió de inmediato al ver a su mellizo mayor parado en el marco de la puerta.

—¿Puedo comer dulces de desayuno?

Todavía con un poco de maquillaje del día anterior, Do, se veía como un pequeño vampiro desprolijo. Jimin negó con su cabeza suavemente.

—Nada de dulces hasta un mes más.

Los ojos de Do se abrieron grandes y fue chistoso hasta que Taehyung también se unió a ellos. De inmediato Jimin dejó de sonreír y volvió a enfrascarse en la preparación del desayuno.

—¿Vas a quedarte con nosotros, papá?

Jimin apretó la cuchara que tenía en su mano, ese no era el plan, de hecho no había plan pero seguro era que Jimin no iba a dejar que su ex volviera a casa como si nada hubiese pasado.

—Solo si tú papi lo quiere así.

Apretando sus dientes, Jimin, hizo todo lo posible por no tirar todo fuera de la mesa y decirle que se vaya a la mierda. Se giró nuevamente y miró a su mellizo mayor.

—Ve a lavarte la cara y despierta a Noa, por favor. 

Do salió corriendo y cuando ya no estuvo cerca Jimin miró al hombre que todavía amaba pero que poco a poco ese amor se iba quebrando y desvaneciéndose de su corazón.

—Sería bueno que vayas tomando tus cosas, como puedes ver la mesa está puesta para tres, hace mucho que dejé de hacer desayuno para cuatro.

—Jimin —Taehyung susurró y malditos sean sus ojos brillantes que Jimin todavía amaba. —Dame una oportunidad... Me equivoqué, no debí haberte dejado.

Tragando saliva, Jimin, se alejó y se cruzó de brazos, enojado y dolido pensó por un momento las palabras que quería decir antes que volvieran sus hijos.

—Te di la oportunidad de arreglar esto incluso antes de que tomaras tus cosas y te fueras. Ahora es tarde.

—¡Fue un error, amor! —Taehyung se acercó y sin previo aviso lo tomó de las mejillas. El contacto quemó por dentro a Jimin. —Quiero recuperarte, recuperar a nuestra familia.

Paralizado en su lugar no se movió, miró el hermoso rostro de Taehyung y su nariz comenzó a picar y la familiar idea de llorar se instaló en él. Lo amaba tanto que le dolía todo, lo amaba lo suficiente para perdonarlo pero esa era la última decisión que quería tomar.

—Suéltame.

—Te amo, bebé.

Jimin prácticamente quitó las manos de Taehyung de encima de él y le dio la espalda mientras recogía los pedazos de su corazón destrozado.

—Vete, tú elegiste esto, tú decidiste irte cuando nadie te había echado.

—Me equivoqué, no estaba pensando pero estoy listo para ir a terapia, para hacer que esto funcione.

Jimin se rio, carcajadas rotas saliendo de él ante las barbaridades que salían de la boca de su ex pareja. —¿Ahora estás listo? —Jimin se dio el valor para girarse y contempló al padre de sus hijos —yo ahora no quiero ir a terapia, no quiero vivir contigo y adivina, no quiero darte una maldita oportunidad —Jimin arrugó su ceño —¿Crees que no me iba a enterar de que estás con alguien más?

Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora