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Seokjin cerró la caja registradora y le entregó el vuelto a la clienta que no paraba de mirarlo enojada y sin razón alguna ya que no era su culpa que la cafetería tuviera escasez de personal y los pedidos salieran relativamente más tarde de lo habitual. 

—Este turno me está matando. 

Jin miró de reojo a su compañera de trabajo y asintió. Llevaba una semana de vuelta en el trabajo, sus costillas estaban sanando lentamente y aunque a veces dolían él no podía darse el lujo de quedarse en casa, tenía cuentas que pagar. 

—Es un día caluroso —dijo mirando hacia la terraza llena de personas que estaban pasando un buen rato mientras bebían y comían. 

—Si —Tiffany abrió un poco más su camisa negra y Jin deslizó sus ojos por su pecho descubierto, ella tenía un cuerpo increíble, pero no hacía nada por él. 

Seokjin se rio entre dientes y volvió a mirar hacia el lugar. Antes de Yoongi solía mirar bastante a las mujeres, le gustaba el cuerpo femenino y aunque en la actualidad miraba a veces, le gustaba mucho más mirar a cierto hombre de ojos bonitos y sonrisa tierna. 

Lo extrañaba, habían estado un par de días separados y Seokjin ya quería verlo, pero Yoongi tenía una vida ocupada entre su trabajo y los niños por lo que verse se volvía difícil. 

—Tomaré mi descanso, ¿Puedes quedarte en la caja?

Tiffany le sonrió coqueta y le guiñó un ojo, su mano se deslizó por su brazo y Seokjin la miró incrédulo. Ella siempre buscaba la manera de tocarlo.

—Puedo quedarme pero me estarías debiendo un favor. 

Jin arrugó su nariz ante esa voz de cama y negó lentamente —somos compañeros de trabajo, yo te cubro y tú me cubres a mi. Ahí termina todo. 

Ella quitó su mano enseguida y se sonrojó. —Yo…

—Puedo pedirle a alguien más que me cubra.

—No, no… No te preocupes, yo lo haré. 

—Bien —Jin se quitó su delantal y lo dejó bajo el mostrador. Antes de girarse miró a la pobre chica y sintió un poco de lástima por ella. —Solo no quiero que hayan malos entendidos entre nosotros y cada vez que me tocas me siento incómodo. Tengo novio de hecho, no me siento bien con alguien más tocándome todo el tiempo. 

Ella abrió sus ojos grandes y Seokjin asintió reconociendo esa sorpresa. 

Él mismo se sorprendía de lo mucho que quería estar con Yoongi. 

Finalmente dejó el mostrador y caminó hasta el pasillo que dividía la cocina y el baño del personal, entró a este último y lavó su rostro para quitarse el letargo. Había terminado su tratamiento de calmantes pero Seokjin podía sentirlas todavía en su sistema. 

Tenía media hora para descansar ya que estaba en el turno de la tarde y decidió que necesitaba sentarse un momento, todavía no se acostumbraba a estar de pie tantas horas. 

Salió del baño y se sentó en el sofá que estaba en la diminuta sala del personal, en ese lugar también había una mesa, un refrigerador donde sus compañeros guardaban sus alimentos y una televisión en la pared. Jin la encendió y se acomodó descansando su cabeza sobre el respaldo. 

Sacó su teléfono y grande fue su sorpresa al ver cinco llamadas perdidas de Yoongi, no había sentido el teléfono que guardaba en su bolsillo por lo que miró la hora de la última y como solo había sido dos minutos antes él se llevó el aparato a la oreja sintiendo de pronto la preocupación correr por su interior. 

Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora