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Jimin revolvió lentamente su café de media mañana mientras terminaba los últimos detalles para una pequeña evaluación que le haría a sus niños y niñas. Cuando tuvo todas las hojas apiladas y ordenadas por orden alfabético se apoyó en su silla, tomó su taza y le dio un sorbo pequeño ya que todavía estaba caliente. 

Miró por la sala de profesores pero todos los que se encontraban allí estaban ocupados revisando guías o exámenes y los otros colegas simplemente descansando de la ajetreada mañana. 

Jimin cerró sus ojos un momento y suspiró. Había dormido sus nueve horas habituales pero aún así no había descansado nada, no tenía energía después de la tremenda discusión que había tenido con Taehyung, ya no estaban quedando fuerzas para luchar y eso lo tenía triste y deprimido, Taehyung al parecer no quería salvar su relación. Pero, y a pesar de que quería dormir eternamente y no salir nunca más de la cama no podía hacerlo, tenía tantas responsabilidades que no podía parar siquiera un minuto. 

La vida continuaba y él no podía sentarse a llorar como un tonto por su relación desmoronándose cada día un poco más. 

—¿Descansando antes del último bloque? 

Jimin abrió sus ojos y se sentó derecho en la silla, le sonrió a su colega —si, ya queda poco. 

Volvió a tomar su taza y le dio un sorbo, no había intercambiado muchas conversaciones en el pasado con él por lo que no se sentía muy cómodo al no conocerlo tanto. 

—Ten, fue tu cumpleaños y no pude saludarte ese día. 

—Gracias —el rubio dejó su taza sobre la mesa y alcanzó la bolsa que le estaban ofreciendo, nada raro, había recibido varios presentes de sus colegas, incluso de la directora del colegio donde impartía clases. —No deberías haberte molestado 

—No es una molestia. 

Jimin se quedó mirando a su colega Ryan un poco más de lo habitual y apreció ese bonito cabello color marrón que peinaba a un costado y la bonita forma de sus labios. El tipo era atractivo y abiertamente homosexual, Jimin no se había perdido lo preocupado que siempre había estado por él pero siempre manteniendo la distancia, Jimin era agradable, esa era su personalidad, entonces las personas se acercaban frecuentemente a él. 

Y Ryan no era indiferente, Jimin lo notaba, notaba sus ojos mirándolo un poco más allá de lo que debería hacerlo un compañero de trabajo, notaba también lo nervioso que se ponía cerca suyo y Jimin odiaba ser más importante para un colega que para su propia pareja. 

Cuando Ryan se fue Jimin guardó el regalo dentro de su bolso, se terminó su café y metió las hojas y apuntes para su clase también en el bolso. Salió de la sala de profesores justo cuando el timbre de ingreso a clases comenzaba a sonar. 

En el pasillo esquivó a varios niños que corrían por todos lados para llegar a sus respectivos salones. 

—¡Niños no corran!

La voz de uno de sus colegas y amigo llegó hasta él. Jimin se giró y le sonrió a Sungwoon. —Amigo deja de gritar. 

—Es la única manera Jiminie. 

Juntos caminaron por los cada vez más silenciosos pasillos, Sungwoon era profesor jefe en la sala del frente de la de Jimin por lo que constantemente se veían durante el día. 

Pararon cada uno en la puerta de sus salones, los ruidosos alumnos ya estaban en sus asientos y Jimin miró por la ventana solo para ver a sus niños tirarse papeles y correr por todos lados. Volvió su mirada a su amigo y le dio sonrisa torcida.

Confía en ¿Mí? (Jinsu-Sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora