◇Capítulo 8◇

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Después de haber tenido aquella conversación con Kelvin en el instituto, él se molestó conmigo, por lo ingenua que estaba siendo he incluso me confesó que estaba decepcionado, a pesar de eso siguió investigando, ese día había visto a Eric usando una de las computadoras de la biblioteca, y cuando se fue, Kelvin corrió a usar aquella computadora y logró revisar todas y cada una de las visitas hechas por Eric, el cual se había descuidado y no borró el historial de búsqueda ya que pensó que no importaría, y que si alguien se disponía a revisar el historial solo verían que alguien entró a un sitio pornográfico, y en otro caso hubiera sido así pero, Kelvin notó algo en unos de los vídeos, precisamente en el cual Eric se había interesado, en ese video el chico que salía tenía sexo con una joven a la cual no se le veía la cara, este sujeto se parecía mucho a Eric, y comprobó que era él en otro video que puso por unos segundos, por el miedo y la euforia del momento Kelvin decidió borrar el historial y apagar la computadora, memorizó el nombre de la página y el encabezado de uno de los vídeos, así pudo seguir buscando hasta que vio a Eddy en uno de esos vídeos y luego en varios... decenas de ellos.

Yo solo pensaba en que si no hubiera renunciado a mi forma de ser y mi curiosidad, hubiera saturado a Eddy con preguntas y quizás me hubiera dado alguna pista, alguna alerta de que algo no estaba bien, algo que despertara desconfianza y quizás yo no estaría en esa situación. Yo había cometido un error enorme y por más que aquellos tipos fueran pedazos de basura, yo estaba allí por mi culpa.

Mientras Eddy presionaba la pistola en mi abdomen, volvió a besuquear mi cuello, y es increíble lo mal que lo estaba pasando después de haber disfrutado tanto aquellos mismo besos hacía tan solo minutos atrás.

—Eddy, no crees que estás exagerando? —decía Abel tratando de racionar— Ya baja eso la estas asustando?

—No la escuchaste? —Contestó Eric señalándome— va a denunciarnos, tu quieres ir a la cárcel? Yo no quiero ir a la cárcel, que se joda.

—Nadie irá a la cárcel!

—Sí ella sale de aquí sí!

—Se pueden callar? —Quiso Eddy detener aquel debate y se giró hacia ellos— parecen unos malditos escuincles.

Yo aproveché y escribí unos mensajes para Kelvin ya que tenía su conversación abierta.

'Ayuda' —escribí junto con el nombre de la carretera y la perrera 'Paraíso' como referencia ya que está a tan solo una esquina y era lo más cerca que había.

—Que diablos haces? —Escuché y luego un manotazo hizo que mi celular callara al suelo. —Vas a hacer que la fiesta acabe temprano —dijo esta vez apuntando a mi cabeza.

—Eddy solo escúchame —seguía Abel intentando razonar— Amy es inteligente, sabe que no tiene caso denunciar, solo esta asustada; usemos la cabeza, lo que hacemos está mal, sí, en esos vídeos salimos teniendo sexo con chicas y algunas de ella jóvenes, sí. Pero, en esos videos no se ven las edades de esas chicas, no se ven el rostro de esas chicas y sobre todo no se ve que se obliga a nadie a hacer nada, esas chicas se ven de acuerdo, muy de acuerdo con lo que se está haciendo. Ella puede denunciarnos, si no es tan inteligente como creo, pero para ir a la cárcel hará falta más que eso, se necesitará que una de esas chicas confirme lo que Amy diga, que acaso creen que ella irá y por solo decir que estuvo aquí donde nadie la obligó a venir, y que uno de nosotros tenía una cámara, iremos presos? Ella puede que sea menor pero nosotros tenemos derechos, y al menos que una de esas chicas diga: sí, esa de ese video porno soy yo, teniendo sexo con un tipo que no conocía de nada, perdón papi perdón mami... eso no va a pasar.

Cielos, Abel tenía razón, solo iba a perder mi tiempo mas mi dignidad y no iba a conseguir nada denunciándolos.

—Se que Amy lo entiende— volvió a decir Abel e intentó verme la cara a pesar que yo tenía a Eddy al frente.

—Eso es cierto Amy? Lo entiendes?— me preguntó Eddy tomando un mechón de mi cabello.

—Claro que sí, Abel tiene razón, no estaba pensando con claridad y hablé demás, sin sentido, yo no diré nada, lo juro, dejame ir... —decía entre lágrimas.

—Crees que ahora me voy a tragar esas palabras? Te notabas muy decidida hace unos minutos.

—Ya te dije, no pensaba con claridad.

—Ya veo, sabes que es lo que me da más risa de las mujeres como tú?— dijo bajando el arma— Mujeres que porque son inteligentes e intelectuales se creen superiores, que llegarán lejos y tomaran el mundo pequeñito entre sus manos porque son dueñas de el y nadie les dirá que hacer... sabes que me da risa? Que solo tienen que ver una buena verga para que eso cambie, se vuelven tontas, sumisas, calladas, porque en el fondo saben que van a aburrir al que le gusta con sus cosas y temas, solo hace falta una verga para que esa mujer empoderada tome sus maletas y se vaya de viajes, para que solo quede una mujer sumisa que no le importe que un hombre haga lo que se le dé la gana con ella, no era así hace un rato? No estabas dispuesta a que yo hiciera lo que quisiera contigo? Que te dijera que hacer y como, ponte así, sube, baja... todas son iguales, incluyéndote, crees que no te veía esforzándote para comportarte y agradar al mismo tiempo mientras fingía ser otra persona? Eso sólo significa que no eres tan especial como crees Amy.

—Ya cállate! —grité y le pegué en la entre piernas con un rodillazo y lo empujé, él se pegó en la espalda con una de las sillas que habían detrás de él, yo salí corriendo a la puerta y bajé las escaleras como loca.

Los chicos se acercaron a ayudar a Eddy, Eddy se puso de pies y se dirigía a la ventana que estaba en la pared de la izquierda, el cual era el frente del edificio, lo hizo para esperarme ahí, sabía que yo querría salir por donde entré y así fue, cuando asomado por la ventana me vio salir por la puerta quiso detenerme.

—Amy, detente! Detente o voy a disparar.

Yo miré hacia arriba y efectivamente estaba apuntándome con el arma otra vez, esta vez le quitó el seguro y me apuntaba decidido, lo vi en sus ojos, yo solo tenía el impulso de correr, aquel chico genial que me había llevado hasta allí se había ido y me había dejado con tres lobos salvajes que no iban a tener compasión al parecer.

—Bajen a buscarla. —Le dijo a los otros 2, yo le escuché y no quería esperar allí, no quería volver a subir y sentirme acorralada de nuevo, y fue ahí cuando decidí que era mejor correr, correr ahora que tenía la oportunidad, correr para vivir aunque muriera en el intento pero si subía, si volvía a estar en ese salón con ellos, entonces ya no iba a tener el control de lo que iba a pasar.

Iterum Resurrectum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora