◇Capítulo 16◇

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Era Jueves, había llegado a casa a eso de las 3:40 pm y no había nadie en casa cuando llegué. Más tarde, estaba terminando de darme una ducha cuando escuché que tocaron la puerta de mi cuarto.

—Amy, estás ocupada?— Escuché la voz de Ana Iris.

—No, ya voy! —grité y busqué algo de ropa para ponerme. Abrí la puerta y ella estaba ahí, con las manos entre los bolsillos de su pantalón y me miraba como si tratara de descifrar algo.

—Pasa —tuve que decirle al verla allí inmóvil y callada—. Que sucede? —pregunté una vez estuvo dentro de la habitación.

—Amy, se que crees que no vemos que algo pasa, que algo cambió desde... desde esa noche —le sentía miedo en su voz.

—De que estás hablando?

—Sabemos que has estado faltando a clases —eso fue como un balde de agua fría, no me lo esperaba, juraría que estaba haciendo todo bien.

—Que? De dónde sacas eso?

—Amy basta. No te habíamos dicho nada porque sabemos que ésta no eres tú, que tú nunca harías algo así. Amy, lo que te pasó fue terrible, no sé todo lo que haya sido pero, por como te encontraron se que debió haber sido una pesadilla.

—No, no sabes nada...

—Por favor escúchame... uno pasa toda la vida sabiendo que va a morir, pero cuando uno sabe que ese momento ha llegado puede ser desesperante y es larga esa fase de negación y no se supera en una sola noche, en esos momentos unos se aferra a la vida por más dura, e incluso insignificante que ésta haya sido. Cuando estuviste a punto de morir, te negaste a irte, cierto?

—Espero no te moleste que no esté entendiendo ni una pisca de lo que dices.

—Amy, estás viva gracias a algo, y creo que eso ya lo sabes, estás viva porque en tu negación te entregaste a algo y esto ahora está apoderándose de ti.

—Ana Iris, tomando otra vez? Estas borracha?

—Por favor Amy no hagas esto —dijo intentando acercarse y yo retrocedí el número de pasos que ella dio hacia mí. —Amy, si estoy en lo correcto, esto no es bueno, porque lo que está dentro de ti es un demonio. Un Parsanim, he estado investigando y...

—Que diablos estás diciendo? —le grité y me acerqué para verla a los ojos— olvidate de esa locura, lo que sea que hayas leído es solo mitos, fábulas... entendido —entonces esperé, pero fue diferente esta vez, esta vez no pasó nada.

—No Amy —dijo y yo quedé atónita —ya te he visto haciéndolo y no funcionará conmigo— sacó de dentro de su blusa el dije de un collar que llevaba en su cuello, era una especie de roca cristalizadas con una flor y algo que parecía ser hojas secas y dientes de león.

—Que es eso? —Pregunté.

—Es algo que encontré por internet, por eso me fui ayer en la tarde, fue un viaje de 3 horas de ida y vuelta, ahora veo que valió la pena, y mi dinero.

En ese momento mi tío entró por la puerta, callado, se recostó de la pared y cruzó sus brazos. Tardé unos segundos en entender lo que pasaba.

—No puede ser —reí—, tu no crees lo que dice ella o sí?

—Aún me cuesta. Pero me contó lo que me hiciste el lunes pasado, lo que hiciste con tu amiga del instituto ayer, y pues acabo de ver lo que intentaste hacer con ella y ahora no se que pensar, y a eso le sumamos que nos has estado mintiendo y que te sanaste de un día para otro de unas lesiones y heridas que según los médicos ibas a tardar meses en recuperarte de ellas.

—Amy yo solo quiero ayudar —intervino Ana Iris.

—Ayudar? —me burlé y reí— Ana Iris no necesito ayuda, no me he sentido así de bien nunca, escucha bien, nunca en mi vida, y ahora vienes tú y me dices que esta mal...

—Solo digo que no es natural, que el hecho de que te sientas así es gracias a algo más.

—Okay! Pero... un demonio? Es en serio?

—Suena loco, pero no es imposible, y si me das la oportunidad puedo compartir contigo todo lo que encontré.

Mi curiosidad era y siempre había sido más fuerte que yo, excepto cuando conocí a Eddy, obviamente quería saber todo lo que Ana Iris tenía para decir. Yo sabía que algo extraño pasaba, pero lo que me concertaba de todo aquello era que si eso era cierto, entonces lo que yo creía que era una especie de don extraordinario, se iba a convertir en algo siniestro, y eso en ese momento me estaba llenando de miedo.

—Al menos me dan esta noche para procesarlo? —dije buscando que me dejaran sola para pensar y me di la vuelta.

—Si todo eso que dice tu tía es cierto, buscaremos la forma de arreglarlo.

Yo no pude ni voltear a verlos. Cuando escuché la puerta cerrarse volteé para comprobar que ya estaba sola y aseguré la puerta.

Me tiré en mi cama, mirando al techo trataba de organizar mis ideas, si era cierto que me sentía diferente, pero, seguía siendo yo, me sentía como yo misma a pesar de todo, en general no me sentía como poseída por nada ni nadie.

Después de unos minutos mientras cerraba mis ojos para pensar, escuché mi nombre, otra vez con aquella suave y susurrante voz, abrí mis ojos y miré por todos los alrededores de la habitación, hubo un leve silencio y luego lo volví a escuchar —Amy— fuerte y claro, se me erizó toda la piel y no supe que hacer cerré mis ojos con miedo de ver algo de lo que me puediera arrepentir después, de repente empecé a ver imágenes, eran imágenes de recuerdos, pero recuerdos que no eran míos sino de alguien más.

Salí de mi habitación y toqué la puerta de la habitación de mi tío.

—Puedo dormir aquí? —pregunté cuando abrió la puerta.

—Claro, pasa algo?

—No, solo no quiero dormir en mi cuarto hoy.

—Bien, entiendo, pasa. Esta vez te toca el sofá.

—Cierto, —reí recordando esa vez que nos quedamos hasta tarde viendo una película y me adueñé de su cama y el durmió en el sofá— no hay problema, dormiré en el sofá.

Buscó cosas para acomodarme, duramos casi media hora entre el preguntándome que si así estaba bien, que si me buscaba esto, aquello, que si estaba cómoda y yo solo respondiendo que estaba bien. Eso era lo único que me importa que el creyera, que yo estaba bien y que iba a seguir estándolo.


Iterum Resurrectum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora