◇Capítulo 41◇

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Mientras seguíamos poniendo marcas y símbolos en el suelo, justo como Ana Iris los había dibujado en una hoja de papel, yo miraba a Kelvin de vez en cuando, pero me topaba con una actitud serena, neutra de hecho, mientras se concentraba en lo que hacía.

—A Dónde fuiste? —escuché que me preguntó de repente. Yo había subido a ponerme cómoda de ropa y eso, así que estaba acostada en el suelo mientras dibujaba.

—Es una larga historia pero... en resumen, encontré a más personas como yo.

—Que?!

—Shhh, baja la voz, no quiero que lo sepan.

—Pero aquí en el pueblo?

—Sí, sólo dos de ellos, son una pareja.

—Y cómo los encontraste?

—Al parecer ellos me encontraron a mí, y saben lo que hemos estado haciendo, uno de ellos me buscó y me dijo que estaba cometiendo un grave error y me dejó una dirección. Decidí ir a buscar más información, y pues, básicamente querían convencerme de renunciar al intento de deshacerme del demonio. Tienen ciglos de edad y me dieron un montón de razones por las cuales no hacer lo que estamos haciendo. Algo de cambiar el mundo o algo así.

—No lo puedo creer. Pero, entonces, creo que no consiguieron nada porque, estás aquí.

—Sí, lo sé, en su intento de persuadirme pues, noté lo miserable que es su existencia, hablan de una causa que considero perdida, si no fuera porque se tienen entre ellos estuvieran solos, sin nadie a su alrededor sólo a la gente que hipnotizan para que estén ahí. Descubrí que no es lo que quiero yo, pasar una eternidad llena de nada, tener que irme y dejar todo atrás sólo porque la gente empieza a notar que no envejezco cuando sí debería, y tener que hacerlo una y otra vez. Yo quiero una vida simple, creo que al final era todo lo que siempre quise, casarme, tener hijos, verlos crecer, mientras mi vida pasa y luego termina. Es como debería ser. De que sirve ser inmortal si, ellos no lo son —miré a mi tíos quienes estaban trabajando en algo en la mesa del comedor—, si los voy a ver irse y ya no los veré jamás ni aún después de muertos. De qué me sirve ser inmortal si no voy a poder enamorarme sin tener que arrancarme el corazón después. No extraño para nada a quien era antes de esto pero... esto solo significa que nunca sabré en quién me pude haber convertido.

—Tiene sentido.

—Ustedes dos —escuchamos a Ana Iris—, ya dejen de parlotear ahí y terminen ya con eso. Hay que empezar.

Al parecer todo estaba listo, Kelvin y yo terminamos con el símbolo, Ana Iris había explicado que teníamos que hacer lo contrario al dibujo del libro, y nos dibujó un ejemplo, el símbolo en el libro era para hacer una conexión, una atadura entre 2 entes, como nuestro propósito era dividir, separar, pues las señalizaciones del dibujo lo hicimos hacia afuera.

Yo entré en el círculo, estaba allí parada, descalza y en shorts.

—Estás segura de esto, Amy? —escuché a Durán— Una vez empecemos ya no habrá marcha atrás.

—Sí, estoy segura, ya no quiero darle más vueltas.

—Yo sólo preguntaba porque, haciendo uso de la metáfora del virus que te resumimos hace un rato, no sabemos que tan lejos llegó este virus, que tanto infectó o modificó, por la cosas que ahora puedes hacer, podemos tener una idea, tu mente, en teoría, ya capaz de hacer lo que hasta ahora haces, pero ningún ser humano ha podido alcanzar ese nivel de desarrollo mental, pero si pensamos en la muy alta posibilidad de que hay cosas que quizás aún ni siquiera sabes que puedes hacer, entonces no hay forma de saber hasta qué punto de tu mente haya llegado. Arrancarle de allí puede ser doloroso.

—Como... sacar una espina muy enterrada?

—Más bien miles de ellas. Sólo quiero ser sincero.

—Lo sé —contesté y luego me dirigi a mis tíos—. Sé que creen que la Amy que conocen no está, pero sí, sigue aquí y sé que esto es lo que quiere. Intenté convencerme varias veces de que esto que me pasó no estaba tan mal, de que las cosas que podía hacer ahora eran increíbles. Pero, sé que mi existencia irá perdiendo valor a medida de que pasen los años, yo siga viéndome igual pero, todo a mi alrededor cambie, cuando pasen los años y yo empiece a perder a la gente que me importa y que ese dolor me siga por toda la eternidad, ya no habrá salida para entonces.

—No se diga más —comentó Ana Iris—, hay que hacerlo.

—Sólo trata de hacerlo bien esta vez.

—Qué? ¿A que te refieres con eso?

—Pues arruinaste la invocación la otra vez.

—Yo?

—Sí, por qué crees que no funcionó? tu pronunciación no es tan buena como crees.

Kelvin empezó a reirse, pero al primer ruido que hizo, Ana Iris le miró de súbito entrecerrando los ojos y él no tuvo otra opción que tragarse la risa y mirar a otro lado.

—Y cómo sabes tú que estaba mal pronunciado? —preguntó ella.

—Pues porque de alguna manera ya había escuchado eso antes. Era como un déjà vu al principio, pero luego fue perdiendo forma.

—Dónde escuchaste eso antes?

—No lo sé, parecía como cuando intentas recordar algo que soñaste. O como si alguien hubiera recitado eso para mi mientras dormía.

—No puede ser.

—Sí, creo que yo misma lo hice, talvez hablaba dormida.

—Ese día debió romperse el puente.

—Qué puente?

—Me refiero a que ese día el demonio se auto invocó para así volverse uno contigo.

—Okay eso suena muy extraño incluso para mí así que, por qué no mejor empezamos? Ya ansío tener conversaciones normales, del clima, que haremos el fin de semana o de que tan amargo está el café.

—Creo que es justo lo que todos queremos —comentó mi tío el cuál había estado muy callado—. Salgamos de esto y haremos cómo que todos tuvimos el mismo mal sueño del cuál ningún va a hablar jamás.

—Eso suena a un buen plan —Ana Iris le sonrió y le miró por unos segundos, el correspondió con otra sonrisa y asintió como si estuviera dando su consentimiento para que empezáramos. Yo por primera vez en todo el día, de hecho, en todo ese tiempo que teníamos trabajando en aquello, sentí un poco de nervios, sacudí mis brazos, doblé mi cuello de lado a lado y lo escuché tronar, me senté en el suelo en la marca señalizada para que lo hiciera, tomé aire y lo dejé salir despacio —Ya no habrá marcha atrás— me recordé a mí misma, pero lo acepté.




Iterum Resurrectum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora