◇Capítulo 31◇

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Dos días después, la tensión había disminuido un poco, la verdad que ni siquiera era mi culpa, yo actuaba lo más normal y desinteresada posible, pero todos actuaban como si los juzgara, como si los estuviera culpando hasta con mi simple pestañear, pero no tenía ganas de emplear mi tiempo en hacerlos sentir cómodos, no era mi responsabilidad, ellos mismos se hacían eso, después que ellos mismos se pusieron en esa situación.

Kelvin había ido a la casa después de comida, yo necesitaba comprar algunas cosas y él se ofreció a llevarme. En el centro comercial, compré muchas cosas, de la mejor calidad y los precios más altos, unos bolsos, zapatos, ropa, sábanas nuevas, y otras cosas más para acomodarme mejor en mi habitación, y sólo veía la cara de Kelvin, su cara de hacerse mil preguntas. Visitamos tiendas diferentes, le pedí a Kelvin que tomara cualquier cosa que le gustara para que se relajara, él estuvo todo el rato tímido y apenas tomó una gorra de una vieja banda que a él le gustaba de adolescente. Luego de tanto andar fuimos al supermercado, hicimos una compra enorme, desde carnes hasta enlatados, todo lo que fuera necesario para tener de todo para comer en casa.

Con todo lo que compramos en el carro, nos paramos en una cafeteria para tomarnos algo refrescante y descansar. Él estaba un poco inquieto y eso ya me estaba poniendo incómoda.

—Oye, esa actitud no es necesaria, de verdad —le dije y él pareció no entender de qué hablaba.

—Qué actitud?

—Pues esa... estás más extraño que antes, no quieres ni hablar, cuando de lejos se te ve que tienes un montón de cosas que decir. Estamos bien, de verdad no pasa nada, pero si sigues actuando así, será mejor que dejemos de hablar, pareciera que estás bajo una tortura, Dios.

—No es eso —intentó defenderse—, no voy a negar que se me ha hecho un poco incómodo seguir como si nada después de... —se rascó el cuello unos segundos— la cosa es que ahora ni siquiera estaba pensando en eso, sólo estaba pensando si estaría bien preguntar.

—Preguntar que cosa? —lo vi dudar.

—De dónde sacaste tanto dinero?

Al escuchar su pregunta solté una carcajada, todos voltearon a verme.

—Es en serio? Esa es la cuestión que te tiene así desde que salimos?

—Pues, sí.

—Ay Kelvin, eres un caso, de verdad. Conocí personas —empecé a contar—, al principio quería alejarme de todo y de todos, pero el ser humano tiene algo, no sé, no podemos evitar el hecho de conectar con personas, incluso cuando ni siquiera nos interesa hacerlo. Una noche, salí a dar una vuelta, recuerdo que había visto un puente con una vista preciosa y esa noche quise ir allá, solo a mirar, pensar y estar ahí. Cuando llegaba, logré ver a una chica en el puente, 'maldición' pensé 'yo que quería estar a solas' dudé en llegar, tuve la idea de darme la media vuelta y volver por donde venía o seguir caminando y pasar de largo, pero, luego noté que esta chica lloraba, logré escucharla desde donde estaba, 'tengo que hacerlo' decía, y la vi tomar impulso, logré ver su intención y corrí a donde estaba ella, llegué justo a tiempo, estaba sujetada de una barra, la cual había soltado y se preparaba para dejarse caer...

—Por Dios —le escuche decir a Kelvin, yo solo contaba la historia mientras miraba las pequeñas figuras de la barra donde estábamos sentados.

—Sí, una completa desconocida, por razones desconocidas para mí, iba a acabar con su vida, en aquel puente al que yo fui a vivir, a mirar la vida desde esa perspectiva. La sujeté con fuerza y la bajé de allí con una mano, ella sólo repetía que tenía que hacerlo. Entonces le conté la razón de por qué yo estaba ahí, le pedí que me contara la razón de por qué debía hacerlo y que luego yo le ayudaría a saltar. Nos sentamos en el borde de la división entre la carretera y el paso de peatones, era un muro que nos daba hasta la cintura, nos sentamos ahí y ella me contó que le debía dinero a unos tipos peligrosos, que había caído en una trampa por haber confiado en unos supuestos amigos y que ahora sin haber tomado ese dinero debía pagarle casi medio millón de euros a unos tipos que ni siquiera había visto antes en su vida. Seguía repitiendo que estaba en peligro, que su familia estaba en peligro por algo que ella no había hecho.

Iterum Resurrectum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora